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Catalogación, Restauración y conservación materiales rupestres del Parque Arqueológico de Facatativa / Cundinamarca- Colombia /2011

GRUPO DE INVESTIGACION DEL ARTE RUPESTRE EN COLOMBIA

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Catalogación, Restauración y Conservación

de los Materiales Arqueológicos Rupestres del Parque Arqueológico de Facatativá

http://openarchive.icomos.org/1003/

Guillermo Muñoz Castelblanco 1, 2, 3 4.

1 GIPRI-Colombia Coordinator.

2Associate Researcher of the “Instituto Terra e Memória – Grupo “Quaternário e Pré-História”

do Centro de Geociências (Fundação para a Ciência e Tecnologia)”.

3PhD Candidate Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro, Portugal

4 Miembro de la red Iberoamérica de Arqueología

gipricolombia@gmail.com

http://www.gipri.net 

1. Planteamiento y Justificación: Descripción de la Propuesta

La preservación y recuperación de los materiales arqueológicos rupestres de un área determinada está constituida contemporáneamente por el apoyo de diferentes enfoques de estructuras epistemológicas y técnicas. Esta preservación y recuperación es posible si previamente se ha realizado un tipo especial de trabajos, que constituidos como sus antecedentes histórico-diagnósticos, puedan dar cuenta tanto de las preguntas arqueológicas y culturales, como del estado de conservación en que se encuentran los objetos de estudio. Las preguntas arqueológicas tendrán que estar ubicadas dentro de la dinámica de la discusión universitaria, frente a las preocupaciones de la comunidad académica con sus avances, o inercia, y cara a las urgentes inquietudes de la sociedad civil, que observa con inquietud el abandono y deterioro de los sitios patrimoniales.

En este mismo contexto, existe una legislación nacional e internacional, que en distintas momentos, ha generado un conjunto puntual de criterios y recomendaciones, que determinan las nociones de monumento cultural, de patrimonio; un conjunto complejo de testimonios (vestigios) de diversas etapas, que son valoradas académica y científicamente para determinar una cultura o civilización particular, bajo consideraciones técnicas y tendencias académicas. Así, la restauración, la conservación y la gestión cultural patrimonial se estructuran como una práctica posterior o simultánea apoyada en las ciencias básicas y en técnicas, que tienen diversos desarrollos (laboratorios físico químicos, nanotecnología), con el objetivo de organizar nuevos registros patrimoniales históricos o arqueológicos y avanzar en las interpretaciones. Con estos instrumentos, es posible documentar y registrar sistemáticamente las características de los objetos patrimoniales con el propósito de contribuir al estudio y salvaguarda de esta herencia cultural. (CARTA DE VENECIA. 1964[1])

Dos grandes enfoques se encuentran involucrados en este proceso (Rosenfeld y Smith, 1997)[2]. Uno hace referencia al estudio arqueológico fundamental, que permite recuperar este objeto patrimonial, como ámbito científico y académico, cuyos resultados se refieren a su sentido y función en la historia de la cultura. Sólo desde este tipo particular de enfoques de teoría arqueológica e historia del poblamiento se pueden valorar las peculiaridades de tales monumentos y en aproximaciones sucesivas, -dentro del proceso de investigación,- generar nuevos conocimientos sobre las etnias, que realizaron dichas obras, y observar que dichos vestigios son convertidos en fuente de información en el registro arqueológico.

Un segundo foco de atención se refiere a los estudios sobre su estado y su conservación. Es necesario estructurar diversos procesos de descripción en distintos niveles para producir una imagen general del sitio y sus contextos, trabajos que deben entenderse como el aspecto diagnóstico de sus singulares características. Esta evaluación tiene el  objetivo expreso de determinar condiciones del sitio y discriminar secciones o sectores más afectados relativamente. El resultado de este proceso debe llevar a generar fases de investigación que conlleven a su limpieza y restauración. Para acceder a esta información, es necesario realizar descripciones rigurosas y especializadas[3] en cada uno de los objetos patrimoniales, que describan la situación inicial, sus procesos de intervención y el resultado final, al “restaurar” su condición hipotética original o su visualización, sin interferencias. El intemperismo, el paso del tiempo y eventualmente la presencia de vandalismo (grafitis) producen  cambios en los objetos y con ellos la dificultad de que puedan ser observados. Los procesos para musealizar las piezas arqueológicas o los sitios intentan disminuir el impacto de las alteraciones y dar una imagen reconstruida, sin que se observen las intervenciones y factores de alteración de un modo drástico, a pesar de su vejez. 

En muchos casos, existen experiencias sobre campos particulares de investigación y los desarrollos de los estudios arqueológicos proveen diversas técnicas y descripciones (ciencias básicas) y vías de estudio, que facilitan hacer trabajos rigurosos sobre las características de los objetos estudiados y condiciones de alteración, proyectados ahora en las investigaciones sobre los sistemas de representación y los vestigios pictóricos. En el artículo 16 de la Carta de Venecia se hace referencia explícita a la necesidad de realizar inicialmente una documentación precisa, constituida por informes analíticos y críticos, que deberán presentarse con dibujos y fotografías. Resulta esencial que este proceso de registro y documentación sea parametrizado en fichas técnicas especializadas, con las cuales se puedan describir detalladamente las características propias del objeto de estudio. Todos estos trabajos auxiliados con análisis producidos en laboratorios, colaboran y discriminan aspectos, que hacen posible responder, tanto a las preguntas arqueológicas formuladas, como a los proyectos de una fase posterior o simultánea de análisis e interpretación cultural y de estudio de las técnicas y de las propiedades de los materiales involucrados en el proceso de preservación y recuperación. 

Al lado de estas recomendaciones internacionales también existe internamente en el país, con base en algunos lineamientos y en relación a sus peculiaridades, diversos textos oficiales, que guían los problemas científicos y reglamentan el tipo de intervenciones en el patrimonio y regulan los procesos de estudio con la formulación de proyectos ajustados al tipo especial de área en la que la propuesta se dirige. Para el caso particular de los objetos patrimoniales arqueológicos rupestres, es decir de aquellos que se determinan como realizados por comunidades precolombinas (pinturas , grabados y arte mobiliar con tradición rupestre), el Instituto Colombiano de Antropología e Historia ICANH tiene una especial legislación y un conjunto de trámites relativos a su registro, al peritaje de  la definición de filiación patrimonial como también a la autorización para que individuos o entidades que eventualmente proyectan intervenir en el patrimonio arqueológico, para realizar su estudio y (o) su restauración y conservación[4]. (definición de pertenencia al patrimonio y autorización para intervención)[5]

Cuando se interviene entonces en el patrimonio arqueológico colombiano se debe  tener en cuenta un conjunto de cualidades que van, desde los aspectos teóricos, hasta los contextos en los cuales se hacen los trabajos.[6] Las proyecciones académicas y la divulgación social serán temas, que deben ser igualmente contemplados, como resultados  objetivos del proceso de trabajo. Lo que actualmente resulta convencional y normal dentro de este proceso de investigación patrimonial es que todos y cada uno de los materiales y documentos producidos dentro de una metodología de trabajo explicita, deberán ser objeto de diversas publicaciones, e informes en las que se registran todos y cada uno de los procesos y actividades. Se espera que no sólo las comunidades científicas tengan información relevante, sino que las autoridades municipales y de salvaguarda puedan hacer  balances sobre el tipo de intervenciones que se efectuaron. Los efectos de dichas intervenciones y los aspectos administrativos serán ajustados para el control y manejo del objeto o lugar patrimonial, en referencia a un conjunto de prácticas exitosas conocidas ya en otras latitudes[7].Diversos seminarios realizados por la sociedad de investigación de Arte Rupestre de Bolivia (SIARB) han venido insistiendo en la necesidad de generar la formación necesaria para que los equipos de investigación se interesen en los procesos de valoración, gestión y administración de los sitios rupestres.

Lo que es cierto es que no basta simplemente en hacer trabajos técnicos, que se refieran a actividades relativas a procesos de limpieza y restauración, sino que será indispensable resolver problemas científicos y técnicos, que tengan la preocupación central de ampliar el conocimiento sobre los materiales, sobre sus condiciones químico-físicas, con el objetivo de responder o de discriminar sus características y peculiaridades y afinar las interpretaciones sobre las culturas que crearon estos objetos, cuyos vestigios llegaron al presente. La investigación-diagnóstico-intervención que se hace sobre un objeto patrimonial estudiado, corresponde a las preguntas arqueológicas que deberán formularse para dar sentido y función cultural de los trabajos producidos en el proceso.

Estos documentos acopiados en el tiempo, se convierten en archivos que deberán estar consignados obligatoriamente en los ficheros de un organismo público, como material base para futuras investigaciones. Los grupos de trabajo deberán garantizar en lo posible usar las nuevas tecnologías y la calidad y resolución que estos facilitan actualmente. Si estos materiales contemplan desde el comienzo mismo originar documentos de calidad, las posibilidades de divulgación y diseminación de los resultados, en distintos niveles y con distintos grados de interpretación, serán  apenas posibles, dada la velocidad con la cual se mejoran año a año los programas y la resolución y capacidad descriptiva de los mismos.

De igual manera, este trabajo contempla dentro de la propuesta la producción de diversos materiales de divulgación, que serán normalmente  presentados en ponencias internacionales[8] como objetos de difusión universitaria y de circulación masiva en libros, folletos y catálogos, que coadyuven en la interpretación y análisis  del sitio arqueológico estudiado y en el proceso de prolongación en el tiempo de políticas de conservación y  valoración patrimonial. Los aspectos científicos divulgados serán diseminados igualmente en la comunidad (municipio, de la provincia) y se organizaran diversos espacios para que la comunidad pueda saber el tipo especial de actividades y las proyecciones culturales que competen a su propia cultura. La socialización de los procesos de investigación, estudio, restauración y conservación a la comunidad y por supuesto los resultados obtenidos y también la apropiación, por parte de la comunidad en general, y en especial las nuevas generaciones,  del nuevo espacio con esa nueva perspectiva arqueológica.

1.1. Contextos Universales de Fundamentación: Arqueología y Arte Rupestre

A comienzos del siglo XIX se inician las primeras investigaciones en arqueología y arte rupestre en Europa[9]  en las cuevas paleolíticas y con ellas, los primeros registros e interpretaciones. Este inicio marca sin duda el comienzo histórico y el fundamento de la relación entre las preocupaciones arqueológicas y los sistemas de representación presentes en las paredes rocosas, fundamentalmente de cuevas europeas. El equipo del IPH (Instituto de Paleontología Humana-París) interesado en el proceso de hominización y poblamiento de Europa creó la arqueología científica (geología y paleontología) para que diera cuenta de la evolución de las capacidades humanas, sus vestigios líticos y sus características peculiares, fundamentalmente relativas a la cronología y su desarrollo técnico. Pero al tiempo, también se produjeron los primeros trabajos sobre pigmentos en arte rupestre y se iniciaron las descripciones de los materiales y técnicas, que fueron utilizados, según las cronologías, en un período que parecería corresponder fundamentalmente con el Magdaleniense, con el homo sapiens sapiens.[10]

Ya desde el comienzo mismo de la investigación, se generaron preocupaciones sobre la conservación de las pinturas, e inquietudes sobre la etapa prehistórica en la cual fueron realizados los trazos y aplicados los pigmentos, es decir algunas informaciones sobre sus elementos singulares, su conservación y sus alteraciones. Henry Breuil formuló diversos vínculos entre las formas pictóricas, la cronología y desarrolló ciertas temáticas (estilos, cronologías y tipologías[11]). De igual forma, se ocupó inicialmente en los caminos que abrieron los estudios posteriores sobre técnicas, pigmentos y paleta de colores utilizados. Con esta iniciativa pionera se desarrollaron en el siglo XX estudios más rigurosos en los procesos de conservación y regulación de los sistemas físicos y biológicos, incluso de las condiciones climáticas en las cuevas (Lascaux) (Philippe Malaurent y Brunet-2009), en la generación de replicas (Altamira) y en la organización de criterios cada vez más sofisticados de registro (Norbert Aujoulat), como antecedentes fundamentales de los trabajos de conservación y monitoreo.

Esta fórmula pionera de la arqueología científica (siglo XX), es sin duda una base fundamental, sobre la cual es indispensable reflexionar incluso en los temas rupestres colombianos. Es inevitable establecer un vínculo con este proceso, pues fue allí donde se determinó que estas representaciones tempranas hacían referencia a formas culturales muy desarrolladas a elaboraciones de lenguaje, a temas metafísicos (rituales, sitios sagrados, religiones primitivas). Si se omite esta parte, incluso cuando se habla de temáticas colombianas, el material estudiado queda sin duda enajenado de las discusiones contemporáneas y de las posibilidades de aproximarse a nuevos horizontes de investigación y muy distante de los debates actuales abiertos por Lorblanchet, Chippindalle, Bednarik, Bhan frente a las tipologías estilísticas y las nuevas concepciones sobre el sentido y función histórica de este patrimonio de la humanidad.

Por ello, los trabajos sobre patrimonio arqueológico y arte rupestre deben ser coordinados fundamentalmente por arqueólogos, quienes podrán desarrollar actividades de estudio, preservación y recuperación de dichos materiales y reivindicar su valor histórico patrimonial y su valor indiscutible. El apoyo de diferentes grupos de investigación científica, mostraran con sus registros las posibilidades de afrontar temas y problemas de interpretación cultural, como los caminos técnicos para resolver los problemas relativos a su dinámica de deterioro y conservación. La preservación y recuperación de estos documentos precolombinos, requieren de estas perspectivas.

Las investigaciones europeas generaron una diseminación y divulgación de sus criterios y en buena parte estas investigaciones modelaron las formas como actualmente se tratan e interpretan las manifestaciones rupestres en América. El homo-sapiens desde etapas muy tempranas originó, si se quiere, una buena parte de las posibilidades de elaboración estética, que para las versiones tradicionales estaban perfectamente divididas en la presencia de las representaciones perfectas de animales en el Magdaleniense y las figuras abstractas y geométricas en el Neolítico. Aunque se continúen divulgando libros en este sentido, hoy se sabe que no es posible argumentar las seguridades de Breuil de la evolución de los estilos. En esta perspectiva, tampoco es posible argumentar que las pinturas presentes en Colombia, y en el altiplano Cundiboyacense, correspondan en su totalidad a los períodos de poblamiento de los Muiscas. Esta es la versión convencional de los cronistas y de algunos historiadores,  y no la de la investigación teórica ni arqueológica actual, que se basa en los registros y en las evidencias del trabajo de campo, y que problematiza en cada nivel estas seguridades. Hoy  existe en la versión universitaria una gama de opciones de trabajo derivadas de los estudios de cazadores-recolectores, un conjunto de materiales y de temáticas, que abren espacio sobre el antiguo poblamiento de las zonas de estudio del material presentado y que no se limitan simplemente a los grupos indígenas que estaban a la llegada de los españoles. Las evidencias del registro mostrarían tal diversidad y complejidad que por ahora se podría afirmar que estos documentos pictóricos y petrográficos esparcidos en grandes áreas y con concentraciones y densidades muy altas se refieren a procesos de poblamiento y  desarrollos de hábitat, que aún no son completamente claros.

*Al tiempo que se estudian las características del lugar y las condiciones de las representaciones rupestres y se determinan nuevos elementos para su filiación cultural, se hacen igualmente investigaciones sobre su conservación y valoración cultural.

Así el enfoque del proyecto que se expone en esta propuesta coordinado por una dirección arqueológica, permitirá simultáneamente desarrollar trabajos técnicos de registro y documentación y coordinar actividades distintas para salvaguardar los sitios y generar su conocimiento y protección a futuro, cobijado dentro de un contexto científico  respaldado por la teoría arqueológica, la historia de la investigación y las técnicas y prácticas científicas  de conservación y restauración.

Tal y como se expresa en las políticas del Ministerio de Cultura[12] y en las recomendaciones de trabajo de los sitios arqueológicos patrimoniales, es indispensable al iniciar este proceso realizar inventarios y valoraciones del patrimonio inmueble en el contexto de la Ley de desarrollo territorial. De igual manera, y siguiendo esta política del Ministerio, el ICANH (Instituto Colombiano de Antropología e Historia) normaliza ciertas etapas para la intervención en el patrimonio. Según este organismo científico regulador, es absolutamente indispensable realizar un catálogo sistematizado de registros, que tengan valor arqueológico, es decir de registros, cuyo rigor permita convertirlos en fuente  fundamental de descripción de los objetos o yacimientos estudiados. En este sentido se recomienda que se deban anexar las fichas de registro de Bienes Muebles y de Bienes Inmuebles hallados o intervenidos durante el estudio diligenciadas y en formato digital (guía de presentación de informes ICANH).  

Los procesos metodológicos dado el objeto de estudio deberán ajustarse a las peculiaridades de los objetos de investigación en diálogo con las pautas organizadas en este sentido por el órgano cultural y científico encargado de tales  objetos patrimoniales (ICANH)[13] cuyas formulaciones ayudan a organizar y sistematizar la información del inventario valoración del patrimonio, pero también a resolver problemas ajustados a los criterios universitarios y a los debates actuales de investigación en períodos y temas arqueológicos puntuales, que tienen un desarrollo y una historia de debates.

1.2. Tradiciones internacionales en el registro

Los primeros trabajos realizados se hacían fundamentalmente basados en un dibujante (Breuil). Hoy Norbert Aujoulat (CNRS)[14] considera que estas versiones amateur han sido superadas por las reconstrucciones complejas de todo el yacimiento en  descripciones 3D que muestran  en detalle las sinuosidades del sitio y las particularidades de las cuevas, como los detalles de sus representaciones. De igual modo, los urgentes retos derivados de la presencia de diferentes materiales biológicos en estas cuevas pintadas han  originado el reto a la comunidad científica de Francia y España de desarrollar diversos estudios sobre las alteraciones y comportamiento climático de las cuevas. La cueva de Lascaux es pionera en los estudios (Philippe Malaurent[15] / Brunet[16]) muestran aspectos dinámicos en las investigaciones sobre las temperaturas y las ecuaciones del comportamiento del aire, sus dinámicas, su temperatura  en su interior y el crecimiento relativo de bacterias. Desde el siglo pasado habían realizado estudios sobre alteraciones sufridas por vandalismo y poco a poco fueron generando modelos de investigación para entender la tendencia en la destrucción o estabilidad de  estos sitios patrimoniales. Diversos equipos con enfoques propios de las disciplinas científicas se pusieron al servicio de la conservación de la cueva. Los debates de este proceso han producido un conjunto bibliográfico excepcional que colabora  en los estudios en diversas latitudes, pero no sólo para cuevas, sino para sitios a cielo abierto, donde se introducen nuevos factores y dinámicas de alteración y deterioro de las obras patrimoniales.

En el comienzo de la arqueología científica en la primera década del siglo XIX las descripciones de los yacimientos rupestres de las cuevas en Europa se veían determinados por las teorías sobre el nivel, el grado y la clase de pensamientos de sus ejecutores o de la ausencia de tales capacidades presentes en las representaciones (pinturas y grabados). Basados en las teorías de la mimesis, derivabas de los aportes del pensamiento aristotélico, se construyó una imagen que invitaba, especialmente, a quienes hacían los registros, a hacer descripciones de los dibujos aislados de los animales presentes en ellas. En el pasado las tradiciones Breulianas y su divulgación produjeron las primeras transcripciones que desglosaban los motivos y desarticulaban los grupos pictóricos, resaltando uno y otro  signo, para acomodarlo a las interpretaciones de los autores. Sólo hasta el debate de Max Raphäel en 1946 se pudo introducir una nueva  interpretación desde la historia y la sociología crítica del arte, y sólo hasta la segunda mitad del siglo XX, se generó otro tipo de registros (Laming Emperaire, Leroi-Goruhan) en lo murales, que permitían reconstruir la totalidad de un panel y la reconstrucción de la totalidad del espacio, como una unidad temática, objeto de nuevas interpretaciones, fundamentalmente estructuralistas.

Con las nuevas interpretaciones arqueológicas y con las reflexiones y aportes críticos de la sociología del arte, se estructuraron nuevos sistemas de registro, que han venido desarrollándose a nivel internacional y que han sido formuladas en distintas etapas. En este horizonte de desarrollo de los registros, se han determinado en Colombia algunas actividades que permiten introducir un modelo metodológico de documentación. Quien se ha ocupado fundamentalmente en este trabajo corresponde al grupo de investigación de la pintura rupestre indígena (GIPRI) quien en diversas etapas se ha interesado en sistematizar diversos modelos metodológicos complejos, que distribuidos en fichas especializadas, permiten realizar el registro arqueológico del arte rupestre. En el proceso de estudio de diversas zonas y de yacimientos rupestres se fueron poco a poco construyendo diversos formatos, que determinan con precisión los detalles de la composición de los murales y desarrollan balances diagnósticos sobre su estado de deterioro y alteraciones[17].

Hoy es posible hacer la reconstrucción de la totalidad de los motivos rupestres y esta dinámica se ha venido ampliando y determinando con mayor precisión y calidad,  con las nuevas posibilidades inauguradas de los registros fotográficos de alta resolución, facilitadas por las cámaras digitales, con las posibilidades de ubicar con alta definición los sitios con nuevas herramientas visuales que permiten la geo-referenciación. De igual manera, es posible con los nuevos instrumentos de análisis de la nanotecnología  determinar los materiales y condiciones de alteración. Con la fotografía actual es accesible la reconstrucción de los yacimientos haciendo versiones panorámicas ajustadas a nuevas tecnologías (GigaPan EPIC Pro- Panoramic Photography and VR Applications) de alta definición. Los procesos posteriores de manipulación digital y laboratorio digital permiten igualmente determinar y observar, después de un proceso complejo de actividades del laboratorio digital, algunos detalles que no serían visibles fácilmente en condiciones normales. Estos trabajos de manipulación digital colaboran en las primeras etapas de diagnóstico, pues con ellos es posible introducir nuevos aspectos, elementos básicos para la reconstrucción de los murales, de los grupos pictóricos y los trazos de los motivos rupestres presentes, incluso en un área afectada. La amplia gama de herramientas de manipulación igualmente facilitan la saturación de ciertos colores y con ello, la visualización en escalas apropiadas de los sitios exactos, en los cuales se pueden ubicar zonas afectadas. Esta información se procesa y se incluye en las fichas de conservación.

Las descripciones producidas por los navegadores, ahora con relativa definición y margen de error pequeño facilitan la organización de un conjunto de capas (layers) con los cuales es posible orientar igualmente nuevas preguntas de investigación sobre las densidades de los yacimientos, su ubicación y sus contextos.

Los nuevos laboratorios de nanotecnología y la utilización de  instrumentos, que incluso ya no requieren de la extracción de muestras, facilitan la confirmación y detalles de los primeros diagnósticos de estado de conservación[18] de los murales pictóricos y sus sustratos, incluso ayudan a analizar los factores de alteración y deterioros a los que se ven expuestos los yacimientos, al encontrarse al aire libre.

1.3. El Arte Rupestre

Cualquier trabajo de investigación en la historia de la investigación del parque arqueológico de Facatativá muestra en cada uno de sus etapas un interés por el objeto patrimonial, pero en ningún caso, se hacia una reconstrucción de balance de la totalidad de los objetos presentes en los murales, ni la totalidad de los mismos. Tampoco se hicieron diversos ejercicios académicos que con preguntas arqueológicas dieran continuidad al trabajo de investigación. El sitio cambió de ser inicialmente un espacio de arqueología e investigación, para convertirse en un espacio de recreación y esparcimiento masivo.

Es necesario poner inicialmente en consideración algunos aspectos involucrados en el área arqueológica del parque denominado “Parque Arqueológico de Facatativá” pues fundamentalmente esta área compete a diversas disciplinas y con ello se sugiere en esta propuesta, que estén vinculados en sus actividades científicas, un equipo interdisciplinario. Se trata sin duda de la recuperación y puesta en valor de un objeto arqueológico, que debe ser asumido por diversas áreas y disciplinas de trabajo. En primer lugar, debe ser asumido por los investigadores arqueólogos que conocen del tema y que han venido trabajando en estos objetos desde hace muchos años. El trabajo científico producido por la disciplina arqueológica deberá dar cuenta, desde su perspectiva, de la importancia y de los diversos registros arqueológicos que componen una unidad de problemas relativos al conjunto de actividades producidas por las etnias precolombinas.

2. Antecedentes: Documentación y Estudio de las Pinturas Rupestres de Facatativá

Los antecedentes más remotos de la presencia de arte rupestre en el territorio nacional se deben a los cronistas. En algunas zonas existen referencias precisas sobre sitios donde algunos españoles pudieron observar este tipo de trazos (Pérez de Barradas, 1951). Lo más común en las investigaciones y publicaciones en el altiplano, incluso hasta el presente, corresponde a la investigación en la modalidad de pinturas en el centro oriental del país. La mayoría de las referencias encontradas en la época de la conquista y colonia corresponden a la sabana de Bogotá y a sus alrededores. A finales del siglo XIX y comienzos del XX se inician los primeros trabajos de registro y descripción de algunos sectores en el territorio nacional (Muñoz, 1998). La tendencia en tales trabajos es el estudio de las pinturas y muy excepcionalmente de grabados. Normalmente estos trabajos registran algunos de los murales y en ellos documentan tan sólo algunos de sus trazos. Todo lo anterior quiere decir que existe un trabajo asistemático sobre la presencia de dichos murales, trabajo que al parecer aun no se ha hecho de modo exhaustivo y riguroso.

En lo relativo al estudio del parque arqueológico de Facatativá existen los siguientes antecedentes:

2.1. Tradiciones Nacionales: el Parque y sus Alrededores

En la historia del registro en Colombia existen algunos elementos importantes que pueden ser incorporados en esta propuesta. En primer lugar, ya desde el siglo XIX existen excelentes referencias sobre el tratamiento de los murales y su entorno. La conocida Comisión Corográfica trabajó por muchos años (1850-59) en la organización de un material artístico, que diera cuenta de las diversas zonas que tenían monumentos indígenas. Estos consideraron que dichas obras deberían ser resaltadas como obras de arte y por ello, pintores especializados dibujaron las acuarelas, que dieron una nueva versión sobre las culturas y la vida de estos habitantes precolombinos, aspecto que aún hoy se resalta.

El álbum de Liborio Zerda y los dibujos de Lázaro María Girón relativos a las pinturas de Facatativá, constituyen inequívocamente las primeras obras de arte sobre el arte rupestre colombiano y son igualmente documentos de sus procesos y objetos históricos patrimoniales en sí mismos y registros históricos del patrimonio precolombino.

Una segunda etapa la constituye el trabajo de investigación cultural realizado por Jorge Isaacs, quien se trasladó hasta la Sierra Nevada de Santa Marta y allí determinó, con preguntas muy interesantes, el desarrollo del mundo estético de las comunidades Arhuacas, como el proceso evolutivo del lenguaje de representación.

Una tercera etapa influenciada por las tradiciones de la Expedición Botánica y de la Comisión Corográfica, corresponde al ingeniero Miguel Triana quien construyó un modelo de investigación basado en la valoración de la capacidad intelectual de la cultura Muisca. Sus descripciones hacen siempre referencia a un mundo cultural civilizado, que había llegado a altos niveles de desarrollo intelectual. Dentro de este proceso de trabajo de registro también es importante citar en la historia del parque de Facatativá y sus alrededores a Wenceslao Cabrera Ortiz que en el cuaderno de Cundinamarca (Cabrera O-1970), quien incluyó algunos de los registros realizados por Triana. De allí en adelante, a pesar de la reseña histórica de los trabajos en la zona de la sabana de Bogotá de Mónica Therrien y Braida Enciso, es posible constatar que los trabajos posteriores vuelven a copiar los registros existentes, sin adelantar significativamente. Sólo hasta 1967, con el grupo de trabajo de Lleras y Vargas, se hace la más exhaustiva descripción y registro de buena parte de los yacimientos rupestres presentes en el parque y en las áreas aledañas. Lo básico de este informe es que intenta introducir elementos arqueológicos y preguntas esenciales en la organización del material y desarrollar temáticas de investigación sobre recurrencias de trazos y estructuras formale

 2.2. Etnohistóricos

Descripción del cercado por los cronistas.

Fueron los cronistas de Indias los primeros que  constataron la presencia de estos dibujos realizados en las rocas. La versión que este tema ha generado permite imaginar que en la época colonial existió un gran respeto con las leyendas divulgadas  por los españoles. En 1999 se realizo una ponencia sobre el tema donde se ponía de relieve esta circunstancia historia que hacia semejantes los ambientes estéticos entre la percepción de los cronistas y las leyendas indígenas recuperadas por estos.(Estado actual de las investigaciones en arte rupestre en el altiplano Cundiboyacense. (Colombia-Suramérica). barquisimeto –venezuela 1990

2.3. Documentación inicial en Arte rupestre( Parque y alrededores)

1850-59                                 Comisión Corográfica (Acuarela de la Roca de las Nuñez)

1887–1922                          Álbum de Liborio Zerda (Acuarelas de Lázaro María Girón)

1922- 1970                           Triana Miguel (Civilización Chibcha y el jeroglífico Chibcha)

1941                                         José Pérez de Barradas (Arte Rupestre en Colombia)

1959                                         Antonio Nuñez Jiménez ( Facatativá, Santuario de la Rana)

1976                                         Grupo Chonto (Vargas y Roberto Lleras)

¿???                                           Copias heliográficas que  están en el Icanh

1980 ?                                    Materiales de la CAR (calcos de las pinturas )

1982                                         Documentación inicial de Gipri (fotogramas de algunos murales).

1998                                          Harry Marriner. Trabajo de registro y documentación de las pinturas rupestres del Parque Arqueológico Las Piedras del Tunjo (bajo la administración de la C.A.R.). En colaboración con  el grupo GIPRI.

2003-2006                             Grupo de registro y restauración de las rocas 16, conjuntos pictográficos 19 y 20, los conjuntos pictográficos 20A y 20B (16, 19 y 20)

En lo relativo a la versión entregada por la Comisión Corográfica (1850-59) al gobierno nacional esta acuarela del parque de Facatativá corresponde exclusivamente a la roca que se encuentra en el parque actual, bajo en nombre de Piedra de las Núñez (número 113 del catalogo de la Comisión)[19] y aparentemente corresponde a la última expedición, es decir a la novena, donde al parecer se haría una descripción del camino desde Facatativá hasta Beltrán. Los pintores que participaron en la elaboración de dichas láminas son Carmelo Fernández, Manuel María Paz y Henry Price. Probablemente existen otras acuarelas de Facatativá en colecciones privadas, aun no conocidas[20]. Esta acuarela se encuentra en la Biblioteca Nacional, dentro de la colección denominada álbum Pintoresco de la Nueva Granada. Igualmente, a finales del siglo pasado se hicieron unas acuarelas interesadas en los monumentos indígenas y en las zonas que tienen arte rupestre. Hoy se investiga este álbum, que aparentemente incluyó copias de las versiones de la Comisión, realizadas por Lázaro María Girón a finales del siglo XIX. El álbum fue coleccionado por el investigador Liborio Zerda, como Antigüedades Neogranadinas y se encuentra en el Museo Nacional[21].

Así, en el siglo XIX se registran no menos de 15 rocas con sus murales, algunas de las cuales están por fuera del parque actual.

En el siglo XX vuelven a aparecer nuevos datos fundamentalmente en las investigaciones de Miguel Triana. En las dos obras de Triana publicadas en 1922 y 1970 se encuentran algunas referencias a las pinturas existentes en el parque y con ello, información general sobre sus características.

En 1950 José Pérez de Barradas realizó un trabajo que quería ser exhaustivo, es decir que incluyera el balance general de sitios y denuncios de arte rupestre con sus transcripciones gráficas para todo el territorio nacional. En realidad fue una revisión bibliográfica, que incluía las referencias del álbum de Liborio Zerda sobre los yacimientos pictóricos en el municipio de Facatativá y las versiones de 1924 de Miguel Triana. En esta ocasión se incluyeron las acuarelas y descripciones graficas del material que estaba incluido en el álbum de Liborio Zerda, pero se copiaron exclusivamente los trazos generales y sus ubicaciones en las diversas áreas de Facatativá

2.4. Historia de Estudios Generales: Otras Referencias

Referencias de Cronistas  (Fray Pedro Simón, “ Noticias Historiales”, 1.982. Tomo III, y de historiadores que los citan, como antecedentes.

v  El Ex-presidente Carlos Holguín, interesado en la conservación de las piedras con pictografías, hizo un homenaje en 1899 al Tisquesuza, ultimo Zipa de los Muiscas. El trató de proteger el sitio y propuso construir una estatua de Tisquesuza, pero finalmente se realizaron algunos dibujos aparentemente en oleo de su rostro, con otros dignatarios encima de las pictografías indígenas.

Miguel Triana, “padre” del estudio del arte rupestre indígena, publicó transcripciones de muchos de los dibujos en “La Civilización Chibcha” en 1922 y en el jeroglífico chibcha.

Harold Sammuli, residente extranjero en Facatativá en 1925, refiere algunos datos sobre ceremonias. Según su reseña este habló con un indígena viejo que estaba viviendo cerca de las piedras (parque). El indígena reveló que sus ancestros usaron el sitio como una iglesia y un colegio donde celebraron ritos de paso como la pubertad. El comentó que los dibujos representaron mitos, leyendas y rezos tribales. En el tunel de piedra conocido como El Paso Del Zipa jóvenes pasaron después de un baño de purificación. El tunel representa el útero de la madre tierra y los jóvenes “re-nacieron” como adultos después de una ceremonia y explicación de historias pintadas en las piedras.

Ignacio Ramírez Sánchez en 1946 publicó su estudio “Facatativá, Cercado Fuerte Al Fin De La Llanura” explicando la historia de las piedras y el Zipa Tisquezusa.  Se trata fundamentalmente de una reproducción de los materiales de Miguel Triana.

Emil Haury y Julio Cesar Cubillos en 1953 investigaron la zona de Facatativá y 1959. Ellos encontraron esqueletos indígenas y cerámica roja.

Antonio Núñez Jiménez profesor Cubano, viceministro de la cultura e investigador de arte rupestre en 1959, realizó un estudio interpretativo general que fue publicado bajo el nombre: “Facatativá, Santuario De La Rana”. El profesor Núñez concluyó que el elemento más común en las pictografías de Facatativá era la rana, símbolo Muisca de un “mensajero” a los dioses para traer lluvia. También el mencionó motivos parecidos en Facatativá, Cueva Del Indio en el norte de Argentina, Cuba, y otros países.

Roberto Lleras & Vargas, bajo el seudónimo de “Chonto”, en 1976 hicieron un estudio extenso de las pictografías en la zona de Facatativá con el titulo “Las Piedras Pintadas De Facatativá: estudio Detallado de dos zonas.” El resultado son dibujos y mapas de tres áreas y una descripción por murales y motivos. Se trata de uno de los trabajos más exhaustivos de reconstrucción.

Cabrera Ortiz Wenceslao en 1968 (Monumentos Rupestres de Colombia en su publicación de  la revista Colombiana de Antropología en Colombia publico igualmente un informe sobre arte rupestre de Cundinamarca donde incluye la trascripción de algunas  rocas, incluyendo algunas del parque para un total de 45 pictografías. Este trabajo trae una versión general del mapa de las rocas y de aquellas, que tienen pinturas.

Guillermo Muñoz, Harry Marriner y Jorge Ruge, miembros del grupo GIPRI, desde los años 1980 documentaron muchas piedras de la zona de Facatativá. GIPRI ha presentado varios proyectos para la documentación y diagnóstico de las pictografías de Facatativá. El último plan se entregó en Mayo 1998 a la Alcaldía del Municipio.

Alfonso E. Bonilla Soto y Carlina Díaz González promulgaron la importancia del parque en 1997 con su estudio “Concientización de la importancia histórica y conservación del Parque ‘Piedras De Tunja’ de Facatativá.

Martínez, Diego (Diseñador Grafico) y Pedro Argüello (licenciado en ciencias sociales) realizaron la documentación de la roca No. 16 (con las fichas GIPRI). Parque Arqueológico de Facatativá, con un informe de tales actividades presentado al ICANH. 2003

María Paula Álvarez restauradora y Diego Martínez Celis diseñador gráfico, en el año 2004 realizaron un trabajo de registro con la colaboración de Margarita Acosta, Helen Jacobsen, Isabel Cristina Quintero, Manuel Ruíz Pichimate, Álvaro Botiva Contreras y Pedro Argüello García en procesos de documentación y conservación en los conjuntos pictográficos 19 y 20 del Parque Arqueológico de Facatativá. Usaron el modelo GIPRI de fichas de 1990.

v  El Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), en septiembre de 2005 presentó un informe final de los procesos de documentación y conservación en los conjuntos pictográficos 20A y 20B (16, 19 y 20) Parque arqueológico de Facatativá (Cundinamarca) realizado por María Paula Álvarez y Diego Martínez Chelis cuyos colaboradores fueron Margarita Acosta Helen Jacobsen, Isabel Cristina Quintero, Oscar Martínez, Jimmy Obando y Funcionarios CAR. (Usaron el modelo GIPRI de fichas de 1990). El número de murales reseñados hasta 2005 según la versión del mapa anexo realizada por  este grupo es de 33, frente a la versión de 1976 de Chonto” (Vargas&Lleras) de 154 murales  con  56 rocas.

v  En el año 2006 se publica un artículo de divulgación restringida efectuado por Pedro Arguello sobre los procesos de restauración de los murales,  etc\

La reseña histórica de los trabajos que se incluyen aquí, muestra que objetivamente, hasta la fecha, no se ha hecho una investigación exhaustiva, que registre y catalogue la complejidad del sitio, (murales, contextos, grupos pictóricos y trazos), que documente sistemáticamente los murales, rocas y temas arqueológicos. Se han realizado únicamente algunas descripciones y se han efectuado algunos trabajos técnicos con el objetivo de recuperar y realizar alguna limpieza técnica de los murales de algunas rocas y la adecuación de algunos sectores, para que no sean nuevamente afectados con grafitis.

Finalmente, es necesario informar que el trabajo más sistemático de registro de un número importante de rocas y murales en el parque arqueológico y en sus inmediaciones, es efectuado por el equipo de estudiantes con el pseudónimo de “Chonto”[22] (Lleras Roberto/Vargas, 1976). Dicho registro se hizo aparentemente a mano alzada y con él se reseñaron un número importante de rocas, se realizaron fotos de los yacimientos, de los murales y de los motivos y se organizaron las zonas con mapas, (cartografía del Codazzi), que permitieran visualizar los lugares, en los cuales se encuentran los yacimientos rupestres. Adicionalmente se realizo una versión de mayor escala a mano alzada donde se incluían los murales, discriminados con el número de la roca y con letras lo grupos pictóricos. Al parecer el conjunto general de fotos no se incluyó en el informe del Banco Popular y estas se refundieron posteriormente. Sin embargo, se trata este material del más completo, y si se quiere, riguroso hasta hoy. De igual manera, se intentaron hacer algunas reflexiones sobre la recurrencia de los motivos y se desglosaron los grupos pictóricos, imaginando que de esta manera podrían hacerse análisis posteriores sobre su estructura estética, sus reiteraciones (estadísticas) y las relaciones posibles con otros materiales arqueológicos. Esta perspectiva de trabajo en el parque desapareció y fue remplazada por el olvido durante muchos años, en donde el lugar (parque arqueológico) perdió su sentido y función, acompañado de la omisión del tema, por parte de las autoridades académico-universitarias y de los organismos del estado, que dejaron en manos de la CAR el manejo y la administración.

Según parece ante la urgencia de resolver su deterioro los grupos de trabajo incluidos en los últimos nueve años olvidaron la importancia de trabajar con la coordinación de una pregunta arqueológica y dedicaron su esfuerzo exclusivamente a pensar en los temas de erradicación de grafitis y en la adecuación del lugar, lo cual también resulta importante, pero no suficiente. En estos últimos nueve años se han venido realizando trabajos en el Parque, pero en ningún caso se han realizado las labores de registro sistemáticos y rigurosos, con las nuevas tecnologías ya existentes, que permitan reconstruir las peculiaridades de los motivos y puedan así ser resaltados digitalmente sus trazos, con el propósito de reconstruir sistemáticamente y en forma rigurosa los murales rupestres en su totalidad. Al parecer el trabajo de restauración se ha hecho en un número reducido de rocas, en las cuales igualmente se efectuaron labores de limpieza y restauración, (roca 16, conjuntos pictográficos 20A y 20B (16, 19 y 20), aspecto, que se convirtió en la dinámica esencial del trabajo.

La documentación y el estudio que esta propuesta hace es la de recuperar el carácter arqueológico del sitio y este solo podrá hacerse si el centro de toda la actividad se organiza con preguntas arqueológicas pertinentes, que vuelvan a darle el sentido y función al lugar como un espacio patrimonial, que debe ser investigado e incluido como parte de la historia del poblamiento, como del carácter peculiar de las elaboraciones estéticas producidas por los grupos precolombinos. Se trata de hacer la reivindicación del lenguaje y de los sistemas de representación presentes, como paradigma de la humanidad y modelos de historia de los procesos de la identidad nacional. Este objeto no es patrimonial simplemente por ser adecuado y limpiado de grafitis, sino porque está acompañado de una investigación, que está interesada en construir un discurso arqueológico, cuyos registros sean tan rigurosos, que sean evidencia de la historia peculiar de poblamiento del territorio de Colombia y en particular del municipio de Facatativá.

2.5. Evaluación del Estado del Parque, junio de 2011

El equipo de trabajo de GIPRI antes de formular la propuesta que aquí se estructura realizo algunas visitas al parque y como resultado de esta prospección[23] puede decir

  1. Que actualmente el parque ha sido readecuado en algunas áreas donde se observan senderos, con los cuales se facilita el acceso a los sitios y se organiza la visita. Que los prados ahora son podados y se observa el lugar diligentemente cuidado.
  2. Que la mayoría de las rocas, que contienen murales precolombinos han sido encerradas con mallas metálicas, impidiendo así el fácil acceso.
  3. Que un número importante de los murales ha sido afectado por vandalismo con diferentes materiales (vinilos, esmaltes) y alteradas y destruidas con diferentes instrumentos.
  4. Que algunos sitios (sustrato) están amenazados por diferentes factores de alteración, fundamentalmente por la humedad, creando así el sitio de cultivo de diferentes materiales orgánicos y reacciones químicas y físicas. Que sin duda algunas de las rocas y con ello los motivos rupestres se han venido alterando (físico, químicamente y biológicamente) por el intemperismo inevitable.
  5. Que no hay una visita guiada que pueda ser informativa y preventiva de los daños de este patrimonio, no renovable.
  6. Que aún se conservan los vestigios de las áreas cuando el parque fue un espacio de recreación y esparcimiento masivo.
  7. Que se han adecuado algunas vallas informativas que se refieren al sitio, pero que estas son muy generales. Algunas de estas parecen haber sido ubicadas en el lugar hace ya algunos años y no se nota su mantenimiento. Algunas vallas son exageradamente pequeñas y algunas de estas están perdiendo el color y se han hecho azules, con lo cual se da una imagen equivoca del mural, de la administración y se desdibuja  la calidad original de la misma y se genera así un mal aspecto de la calidad del parque.
  8. Que no se observa una reconstrucción total de los murales y mucho menos de la totalidad de los murales existentes. No es posible acceder a un catálogo general de las actividades e investigaciones realizadas en el sitio en los años anteriores.

Esta prospección de 2011 realizada por el equipo de GIPRI en la zona permite al equipo de trabajo formular algunos aspectos generales:

QUE NO ES SUFICIENTE CON HACER LA LIMPIEZA DE LOS MURALES, SINO QUE ES NECESARIO REDISEÑAR SU SENTIDO Y FUNCION.

  1. Que es esencial introducir en la propuesta un trabajo esencialmente arqueológico, apoyado sin duda por expertos en restauración que colaboren en la organización de evidencias, que puedan asumir las preguntas de carácter científico (pregunta arqueológica) en las dos vías organizadas de la investigación, es decir en la determinación de evidencias para el estudio cultural y en recuperación y limpieza de los murales, como en la determinación de criterios a futuro en la organización de esta área como realmente un parque espacio piloto, sede nacional del arte rupestre, o laboratorio de investigación[24].
  2. Que las autoridades competentes designen por acuerdo nacional con la gobernación de Cundinamarca y el Ministerio de Cultura darle continuidad  y apoyo financiero permanente para que este espacio se convierta en un Museo Nacional de vocación científica donde se formen con el auxilio de las universidades y el ICANH a los futuros investigadores y guías especializados del Parque y del arte rupestre colombiano.
  3. Que finalmente es indispensable incluir en el proceso de estudio un grupo interdisciplinario que pueda abordar las rocas, los murales y el área general del parque desde diversas perspectivas y enfoques y con ello introducir nuevos caminos para la recuperación del parque, su rediseño.
  4. Que para realizar este proceso de carácter científico es necesario iniciar el trabajo con modelos metodológicos pertinentes y especializados que puedan contribuir en los procesos de registro sistemático de todos y cada uno de los murales, de sus contextos y con ello de las áreas circunvecinas.
  5. Que en este proceso se pone a disposición de esta propuesta la experiencia del Equipo GIPRI Colombia que viene desarrollando este trabajo desde 1970 en el estudio del arte rupestre colombiano. Desde 1980 viene trabajando en el análisis de los sistemas de conservación y para este propósito ha construido un conjunto de formatos técnicos adecuados a los murales para determinar en cuadrículas con la metodología cartesiana, los lugares precisos donde se evalúa diagnósticamente las alteraciones, con sus correspondientes laboratorios.
  6. Que los diagnósticos sobre espacios de alteración serán entregados a los restauradores quienes con esta ayuda y el catalogo general de documentos de registro, podrán hacer balances sobre el tipo de estrategias generales para limpiar los grafitis y realizar una mejor visualización de los murales.
  7. Que es necesario remover las mallas metálicas para realizar los trabajos de registro (en algunas rocas)
  8.  Y finalmente que este espacio (parque arqueológico) corresponda a su intención originaria, es decir, que sea rediseñado completamente para que se convierta realmente en un sitio arqueológico, en un sitio de recreación científica.

3. Objetivos Generales

– Recuperar y preservar el parque arqueológico de Facatativá.

–  Resolver problemas relativos al poblamiento, a las técnicas  usadas en los murales rupestres  e iniciar los estudios de  datación y cronología.

–  Realizar un trabajo sistemático de registro que de información sobre una pregunta arqueológica central.

–  Cambiar el sentido y función del parque.

–  Formular recomendaciones que impidan los procesos de alteración, sin controles.

– Readecuar el parque, con la ayuda de la arquitectura del paisaje, que deberán rediseñar y generar propuesta de administración y señalización (museología).

– Realizar los trabajos preliminares de adecuación del parque como un ambiente científico cultural patrimonial que pueda ser la sede nacional de la investigación arqueológica del arte rupestre colombiano.

Objetivos específicos por grupos de trabajo y disciplinas

En el orden previsto de las actividades se describen algunos de los objetivos  específicos-

-En relación a los trabajos fotográficos, estos están interesados en reconstruir los murales , discriminar con detalle los motivos y  generar un material básico para la descripción ordenada de las fichas anexas, que permitirán la ubicación tanto de los grupos pictóricos como de las posibles dinámicas de diagnóstico de su estado y sus alteraciones.

-En relación a los trabajos de restauración de los murales y  la visualización de los motivos rupestres, un objetivo especifico es realizar un conjunto complejo y en lo posible exhaustivo de los posibles di-solventes que podrían intervenir en la limpieza de los murales.

-El objetivo de los  trabajos del geólogo será averiguar sobre los materiales que pudieron constituir la materia prima de los pigmentos usados en las pinturas, y suponer la variación de las técnicas (recetas).

-El objetivo particular del topógrafo será la reconstrucción detallada del área comprometida en el objeto de estudio en escalas adecuadas que permitan la información  sobre  el relieve y los diversos accidentes topográficos con equipos refinados de descripción que puedan ser organizados en la versión final en SIG.

-La actividad del laboratorio de análisis de los pigmentos de los murales y de los materiales del sustrato, que serán objeto de estudio y restauración deberán ser objeto de investigación del arqueómetra, quien dará una descripción detallada de laboratorio en las posibilidades de las descripciones físicas y químicas.

-El microbiólogo de igual manera, hará un diagnóstico de los organismos que están allí deteriorando los sustratos y alterando los murales. Diversas muestras y tipo de muestras serán colectadas. Este proceso dependerá de los primeros elementos obserbvados en la etpas diagnosticas, producidas por la ficha de conservación.

-Con todos estos aspectos descriptivos temáticos los restauradores y conservadores tendrán elementos básicos para realizar su labor de limpieza y análisis puntual de las alteraciones y de los modelos de  impacto y tendencias del deterioro que podrá ser disminuido.

Muchos de estos equipos trabajan simultáneamente y en algunos casos las actividades  tendrán prerrequisitos, es decir que sólo hasta que se tenga una noción sobre el diagnostico de los sitios, las actividades de los conservadores podrá ser asumida.

4. Metodología[25]

Para cumplir con los objetivos planteados, es necesario poner en marcha distintos grupos de trabajo y con ello asumir diferentes metodologías que apoyan el objetivo central: la preservación y recuperación del parque arqueológico de Facatativá. En primer lugar la labor de registro y catalogación de los sitios, las rocas, los murales  y los motivos rupestres. Un grupo de trabajo dedicara sus esfuerzos a reflexionar sobre los documentos arqueológicos que existen dentro del parque. Los métodos usados son aquellos que corresponden a los criterios de la arqueología científica, es decir a la colección ordenada y rigurosa de sus registros, con el propósito de resolver las preguntas arqueológicas planteadas en los objetivos. El apoyo de las ciencias básicas y de las técnicas que auxilian dichos procesos descriptivos comprometen los estudios arqueológicos y coadyuvan en los procesos de análisis posterior de la conservación del sitio. La calidad de dichos registros y la sistematización de los mismos, deben metodológicamente estar en concordancia con las preguntas arqueológicas formuladas. Las reconstrucciones de los motivos rupestres, la colección de los grupos pictóricos y las reflexiones de las áreas pintadas serán objeto de dichas reflexiones. Los procesos concernientes a la “estética” y sistemas culturales serán sin duda aspectos fundamentales. Este registro de carácter arqueológico se hará en una fase en relación al análisis de los diversos motivos incluidos en la totalidad de los murales del parque y  eventualmente de sus posibles vínculos (relaciones y diferencias) con los registros ya existentes en otras áreas del altiplano cundiboyacense[26] consideradas de misma filiación cultural.

Desde 1970 el equipo de Gipri ha venido generando diversas propuesta para sistematizar los registros y resolver las inconsistencias de los trabajos pioneros.  En este proceso se ha generado un conjunto amplio de formatos que describen con precisión y excelente resolución los diversos detalles, que resultan significativos para el análisis cultural, como para dar un primer diagnóstico visual del estado de conservación de los murales. Cada roca tendrá una ficha completa, que incluye la reconstrucción de los motivos, su composición en el sustrato y una evaluación de sus alteraciones. Todas estas formas descriptivas están organizadas en estructuras X, Y con escalas, que permiten ubicar con absoluta precisión las áreas, que deberán ser estudiadas ahora con diversos laboratorios y expresar así los agentes, factores y dinámicas de alteración y deterioro.

Desde el punto de vista de los procesos de diagnostico, además de los sistemas descriptivos producidos por las fichas existentes,  es necesario hacer una descripción completa de las de paredes del yacimiento, usando sistemas de fotografía panorámica, que producirán una descripción adicional de las fichas de conservación. Para la documentación de grandes áreas se subdividirá en grupos que permitan tener una descripción detallada de los motivos y de las alteraciones. Su monitoreo deberá hacerse  para proporcionar diversas informaciones, tanto del tipo de pigmentos como para acceder a una documentación, que determine con precisión los elementos químicos y las características del sustrato. Estas descripciones dan información importante en relación a los temas arqueológicos y hacen referencia directa a la información necesaria de un conservador –restaurador. De igual manera es fundamental determinar con precisión la ubicación del yacimiento, determinar los accidentes morfológicos, registrar las grietas, los diversos estratos, determinar el estado de la superficie y la presencia de agentes de alteración, su erosión relativa, su consolidación, las pérdidas de los pigmentos en el material grafico precolombino, la presencia de microorganismos, su humedad e hidratación, la radiación solar, los flujos de agua- su visualización. Algunos de estos aspectos podrán imaginarse en la formulación de la propuesta. Muchos otros parecerán en la relación misma con el objeto de estudio. Sin embargo las categorías  y situaciones descritas son por lo general lo que se tiene en cuenta para las descripciones de los yacimientos rupestres (Étude des conditions de conservation de la grotte ornée d’Escoural – Jacques Brunet, Philippe Malaurent, Jean Vouvé, María José Moinhos e João Marques 2002)[27].

En realidad se trata de observar el conjunto complejo de interacciones que podrán ser formalizadas y que constituyen en realidad la primera aproximación, de sus características. Estas dinámicas detectadas serán un aspecto central de la supervisión general de los sitios. Diversas mediciones deberán hacerse sobre las características climáticas generales y con ellas se podrán hacer las diversas recomendaciones, que permitan disminuir el impacto de los factores de alteración y generar científicamente una buena conservación del sitio. El objetivo central es obtener con diversos parámetros la calidad de las condiciones de los yacimientos y con ellos, entender los diversos mecanismos de interacción entre el contexto y los murales. Lo básico es proporcionar un conocimiento especializado del conjunto de perturbaciones de origen diverso y comprender sus mecanismos, para producir si es posible, nuevas condiciones ahora más favorables, para evitar se amplíen las posibilidades de alteración. En relación a los grafitis es necesario hacer un monitoreo de solventes y realizar pruebas diversas para suspenderlos del sustrato.

Para realizar este tipo de trabajos especializados es necesario organizar un SIG (sistema de información geográfica, donde se incluyan en escalas apropiadas, construidas en terreno las diferentes curvas de nivel de la morfología real del sitio. Este sistema de información geográfica debe incluir además de las ubicaciones de los yacimientos, la composición del lugar y la definición de diferentes capas (layers) informativos que generen datos sobre el lugar.

4.1. Las otras actividades y personal involucrado

Los auxiliares tanto de fotografía, como de aquellos que acompañan a quienes realizan la documentación se describen con mas detalle en sus tiempos y etapas. El trabajo de arquitecto esta previsto para determinar en el proceso los cambios que deberá tener el sitio en su sentido y función. Al igual que otras actividades previstas dicho profesional trabaja con los resultados de los profesionales involucrados y con las posibilidades de formular una restauración del sitio en su totalidad , dándole una nueva estructura, que incluya propuestas de  desarrollo científico y cultural.

Socializacion y sensibilizacion

Esta propuesta pretende incluir un proceso intenso de socialización , sensibilización de los temas y aspectos producidos en el proceso de investigación y estudio. Cada miembro del equipo y cabeza de grupo dedicara semanalmente  en sus actividades la oportunidad de explicarle a la comunidad todos los procesos de trabajos, los puntos de vista, las teoría y las actividades técnicas producidas y la noción general de renovación del parque arqueológico y las nuevas políticas de gestión y manejo

4.2 Las fichas de registro

Exponemos aquí el conjunto completo de  fichas con las cuales se harán los registros de los murales. Se anexa además un material reciente producido en los dos últimos años como resultado de una tesis de maestría, en la cual se efectuaron algunos desarrollos sobre los análisis arqueológicos de los materiales (pigmentos) que se analizaron sobre unas pinturas en el municipio de Soacha.

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Documents available at the ICOMOS Documentation Centre:

 

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026790 – Approche de la dynamique héterothermique souterraine en milieu karstique. Cas du modèle de Lascaux (France). Vouve, Jean; Malaurent, Philippe; Vouve, Frédérique. Dordogne, Atelier de Recherches et d’Etudes en Périgord”, 1990. p. 13-23, illus., map. In: “50 ans après la découverte de Lascaux. Journées internationales d’étude sur la conservation de l’art rupestre. Supplément. (fre). Incl. bibl. PRIMARY KEYWORDS: caves; thermal properties; rock art sites; temperature; world heritage list; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: 10250. CALL NO: A.R. 213-b.

026791 – Aspects microbiologiques de la conservation du domaine souterrain et des abris sous roche. Jaton, Claude. Dordogne, Atelier de Recherches et d’Etudes en Périgord”, 1990. p. 25-34, illus. In: “50 ans après la découverte de Lascaux. Journées internationales d’étude sur la conservation de l’art rupestre. Supplément. (fre). Incl. bibl. PRIMARY KEYWORDS: caves; microorganisms; causes of deterioration; conservation; rock paintings; world heritage list; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: 10250. CALL NO: A.R. 213-b

030904 – Lascaux au lendemain de la contamination microbiologique de 2001: des soins intensifs à la conservation préventive. Sire, Marie-Anne. Paris, INP, 2006. p. 62-67, illus. (Patrimoines: Revue de l’Institut National du Patrimoine. 2) (fre). Incl. bibl. and abstract in English. PRIMARY KEYWORDS: grottoes; prehistoric sites; rock art; biodeterioration; conservation; conservation treatment; preventive conservation; world heritage list; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: K-581. ISSN: 1778-9982.

031051 – Evolution de l’état hydrique d’une paroi de la Salle des Taureaux de la grotte de Lascaux: conséquences pour la conservation. Brunet, Jacques; Malaurent, Philippe; Lastennet, Roland. London, IIC, 2006. p. 241-251, illus. (Studies in Conservation. 51, 4) (fre). Incl. bibl. and abstract. PRIMARY KEYWORDS: prehistoric art; grottoes; rock paintings; deterioration; conservation treatment; world heritage list; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: K-259. ISSN: 0039-3630.

032235 – Digital modelling and the preservation of cultural heritage: application at Lascaux. Malaurent, Philippe; Brunet, Jacques; Lacanette, Delphine; Caltagirone, Jean-Paul; Geneste, Jean-Michel; Sire, Marie-Anne. Foix, CARICOMOS, 2007. p. 14-19, illus. (INORA: International Newsletter on Rock Art. 48) (same text in eng, fre). Modélisation numérique et conservation des biens culturels: application à la grotte de Lascaux. fre. Incl. bibl. PRIMARY KEYWORDS: rock art; rock art sites; caves; conservation; climate change; climatic factors; humidity; condensation; scientific research; modelling; computer techniques; new technologies; conservation measures; world heritage list; France. // Lascaux, France ACCESSION NO: K-233. ISSN: 1022-3282.

033424 – Surveillance of the hydrous state of a wall in the hall of the bulls at Lascaux. Malaurent, Philippe; Brunet, Jacques; Lastennet, Roland; Lopez, Benjamin. Foix, CAR-ICOMOS, 2008. p. 16-20, illus. (INORA: International Newsletter on Rock Art. 51) (same text in eng, fre). Suivi de l’état hydrique d’une paroi de la salle des taureaux de Lascaux. fre. Incl. bibl. PRIMARY KEYWORDS: rock art; rock art sites; caves; rock paintings; conservation treatment; world heritage list; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: K-233. ISSN: 1022-3282.

033728 – Cave art. Clottes, Jean. London, Phaidon, 2008. 326 p., illus. (eng). Incl. bibl. and glossary.

PRIMARY KEYWORDS: prehistoric art; prehistoric sites; rock art; rock art sites; caves; rock engravings; rock paintings; photographs. // Chauvet Cave, France // Lascaux cave, France ACCESSION NO: 15714. CALL NO: A.R. 328. ISBN: 978-0-7148-4592-0. 034999 – International Symposium on the Conservation and Restoration of Cultural Property. 31st. Tokyo, Japan, 5-7 February 2008. Study of environmental conditions surrounding cultural properties and their protective measures.51 National Research Institute for Cultural Properties, Tokyo. Tokyo, National Research Institute for Cultural Properties, 2009. 157 p., illus. (eng).

PRIMARY KEYWORDS: conservation of cultural heritage; conservation measures; conservation treatment;

conservation techniques; environment; environmental control; climatic factors; climate change; biodeterioration; microorganisms; humidity; biological factors; temperature; wall paintings; caves; case studies; world heritage list. // Lascaux, France (WHC 85) // Mogao Caves, China (WHC 440) // Takamatsuzuka tumulus, Japan ACCESSION NO: 15832.

035827 – Symposium on Lascaux and preservation issues in a subterranean environment. Paris, February 26-27, 2009. Symposium on Lascaux and preservation issues in a subterranean environment (Paris, February 26-27, 2009): Chronicle of the sessions. Oosterbeek, Luiz. Foix, CAR – ICOMOS, 2009. p. 26-28. (INORA: International Newsletter on Rock Art. 54) (same text in eng, fre). Symposium sur Lascaux et la conservation en milieu souterrain (Paris, 26 et 27 février 2009): Compte rendu des séances. fre. PRIMARY KEYWORDS: rock art sites; caves; world heritage list; conservation; environment; France. // Lascaux, France (WHC 85) ACCESSION NO: K-233. ISSN: 1022-3282

Catalogación, Restauración y Conservación……………………………………………………………………………….. 1
de los Materiales Arqueológicos Rupestres del Parque Arqueológico de Facatativá                1
1. Planteamiento y Justificación: Descripción de la Propuesta…………………………………………………………….. 1
1.1. Contextos Universales de Fundamentación: Arqueología y Arte Rupestre……………………………………….. 5
1.2. Tradiciones internacionales en el registro………………………………………………………………………………………………….. 8
1.3. El Arte Rupestre…………………………………………………………………………………………………………………………………………… 10
2. Antecedentes: Documentación y Estudio de las Pinturas Rupestres de Facatativá…………………………………. 11
2.1. Tradiciones Nacionales: el Parque y sus Alrededores…………………………………………………………………………….. 11
2.2. Etnohistóricos………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 12
Fueron los cronistas de Indias los primeros que  constataron la presencia de estos dibujos realizados en las rocas. La versión que este tema ha generado permite imaginar que en la época colonial existió un gran respeto con las leyendas divulgadas  por los españoles. En 1999 se realizo una ponencia sobre el tema donde se ponía de relieve esta circunstancia historia que hacia semejantes los ambientes estéticos entre la percepción de los cronistas y las leyendas indígenas recuperadas por estos.(Estado actual de las investigaciones en arte rupestre en el altiplano Cundiboyacense. (Colombia-Suramérica). barquisimeto –venezuela 1990………………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 12
2.3. Documentación inicial en Arte rupestre( Parque y alrededores)…………………………………………………………… 13
2.4. Historia de Estudios Generales: Otras Referencias………………………………………………………………………………… 14
2.5. Evaluación del Estado del Parque, junio de 2011……………………………………………………………………………………. 17
3. Objetivos Generales…………………………………………………………………………………………………………………………………………… 20
Objetivos específicos por grupos de trabajo y disciplinas………………………………………………………………. 20
-El objetivo de los  trabajos del geólogo será averiguar sobre los materiales que pudieron constituir la materia prima de los pigmentos usados en las pinturas, y suponer la variación de las técnicas (recetas)……………………………. 20
-La actividad del laboratorio de análisis de los pigmentos de los murales y de los materiales del sustrato, que serán objeto de estudio y restauración deberán ser objeto de investigación del arqueómetra, quien dará una descripción detallada de laboratorio en las posibilidades de las descripciones físicas y químicas…………………………………………………………………….. 20
4. Metodología……………………………………………………………………………………………………………………………………………………. 21
4.1. Las otras actividades y personal involucrado…………………………………………………………………………………………… 23
Los auxiliares tanto de fotografía, como de aquellos que acompañan a quienes realizan la documentación se describen con mas detalle en sus tiempos y etapas. El trabajo de arquitecto esta previsto para determinar en el proceso los cambios que deberá tener el sitio en su sentido y función. Al igual que otras actividades previstas dicho profesional trabaja con los resultados de los profesionales involucrados y con las posibilidades de formular una restauración del sitio en su totalidad , dándole una nueva estructura, que incluya propuestas de  desarrollo científico y cultural………………………………………………….. 23
Socializacion y sensibilizacion……………………………………………………………………………………………………………………………. 23
4.2 Las fichas de registro……………………………………………………………………………………………………………………………………. 24
7. Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………………………………………… 25

[1] Carta de Venecia

[2] Rosenfeld, A., & Smith, C. (1997). Recent Developments in Radiocarbon and Stylistic Methods of Dating Rock Art. Antiquity, 71, 405-411.

[3] Mark, R., & Billo, E. (2006). COMPUTER-ASSISTED PHOTOGRAPHIC DOCUMENTATION OF ROCK ART. COALITION, (11), 10-14.

[4] Artículo 1º. Declárense patrimonio histórico y artístico nacional los monumentos, tumbas prehispánicas y demás objetos, ya sean obra de la naturaleza o de la actividad humana, que tengan interés especial para el estudio de las civilizaciones y culturas pasadas, de la historia o del arte, o para las investigaciones paleontológicas, y que se hayan conservado sobre la superficie o en el subsuelo nacional. Los Gobernadores de los Departamentos velarán por el estricto cumplimiento de esta ley. (Ley 163 de 1959 se dictan medidas sobre defensa y conservación del Patrimonio Histórico, Artístico y Monumentos Públicos de la Nación.

[5] http://www.icanh.gov.co/?idcategoria=1182,  Guía de Presentación de Proyectos (Ft-1-PMPC-GA-1) Registro de Proyectos – Evaluación Inicial (Ft-2-PMPC-GA-1)  Guía de Presentación de Informe (Ft-3-PMPC-GA-1

3 Artículo 11º. Toda solicitud de licencia para exploraciones o excavaciones arqueológicas, así en terrenos públicos como de propiedad privada, deberá presentarse al Instituto Colombiano de Antropología, entidad ésta que atenderá a tales solicitudes, teniendo en cuenta la solvencia científica de los interesados y los móviles estrictamente culturales de tales exploraciones.( (Ley 163 de 1959 se dictan medidas sobre defensa y conservación del Patrimonio Histórico, Artístico y Monumentos Públicos de la Nación)

[7] http://www.gipri.net (zona de publicaciones, Administración de parques, Peter Pilles (US Forest Service, Arizona, USA)  Freddy Taboada (SIARB Presidente) Matthias Strecker (SIARB))  dos archivos en pdf ( bibliografía comentada

[8] 16 XVI INTERNATIONAL CONGRESS FOR PREHISTORIC AND PROTOHISTORIC SCIENCES (UISPP) 2011

[9] Arqueologia Científica- Instituto de paleontologia Humana París.

[10] Hernanz, A., Gavira-Vallejo, J. M., & Ruiz-Lopez, J. F. (2007). Calcium oxalates and prehistoric paintings. The usefulness of these biomaterials. Journal of Optoelectronics and Advanced Materials, 9(3), 512-521.

[11] Stylistic methods of dating rock-art are based on the notion that ‘style’ is specific to a particular place and time: since different people in different places produce art in different ways, then style can be used as a chronological or geographic marker. Where this is possible, the style and/or subject matter of rock-art are correlated with material culture documented by historical records and/or found in dated archaeological deposits (e.g. Lewis 1988; Carlson 1993; Welsh 1993). In: Andreé ROSENFELD & Claire SMITH. 1997. Recent developments in radiocarbon and stylistic methods of dating rock-art.

[12] La Ley General de Cultura, 397 de 1997, materializó los mandatos de la Constitución de 1991 en lo relativo al patrimonio cultural. En 1998 se proyectó en el Ministerio para la dependencia de patrimonio  el objetivo  de realizar los inventarios del patrimonio en departamentos, distritos y municipios. El Plan Nacional de Cultura 2001 – 2010, “Hacia una ciudadanía democrática cultural permitió la ampliación de fortalecer las bases de la identidad cultural a través del conocimiento de la memoria”.

[13] RESOLUCION NÚMERO(131 de Junio 4 de 2010

[15] LASCAUX ET LA CONSERVATION LASCAUX AND PRESERVATION ISSUES SUBTERRANEAN ENVIRONMENT

Lascaux and preservation issues in a subterranean environmentjeudi 26 & vendredi 27 février 2009Auditorium Colbert • 2 rue Vivienne, 75002 Paris Autre accès possible : 6 rue des Petits-Champs www.archeologie.,

MODÉLISATION DES ÉCOULEMENTSET DES TRANSFERTS DE MASSE ET DE CHALEURDANS LA GROTTE DE LASCAUX, Soutenue le 23 Octobre 2003,

[16] Jean Vouvé; Florence Vouvé; Jacques Brunet; Philippe Malaurent Publisher: Elsevier Journal: Comptes Rendus de lAcademie des Sciences Series IIA Earth and PlanetaryApport de l’analyse colorimétrique àpropos de la caractérisation in situ des peintures préhistoriques dans une démarche conservatoire : cas de la grotte Chauvet (Ardèche, France).

[17] Geomorphic cartography This recording method was introduced by François Soleilhavoup (1985) and although he has used it extensively, very few other rock art scientists have adopted it (Delluc et al. 1986; Soleilhavoup 1986, 1994). Independent of Soleilhavoup (Figure 26), and apparently without knowing about his system, Columbian rock art researchers led by Guillermo Muñoz have developed a similar cartographic system of recording rock art. The principal difference between the two is that the Columbian system (by GIPRI, the Grupo de Investigación de Arte Rupestre Indígena) includes the use of colour, which permits a much greater range of symbols than the monochrome French system. Some similarities in the results of these two independent initiatives seem to imply that the choices of symbols to be used for the various rock surface phenomena can be fairly self-evident. Nevertheless, the Columbian system is significantly more sophisticated, and capable of depicting such detail as differences in the lichen species or fungi present on a panel. The principle of micro-geomorphic mapping of rock art panels is simple: whereas traditional recordings are almost universally limited to the perceived rock art motifs, Soleilhavoup and Muñoz include also information on other features of the rock panel, such as areas of exfoliation, lichen presence, taphonomic rock markings, patination, mineral accretions and salt efflorescence. The benefits of this cartography are not limited to those for the scientist, who is likely to refer to such micro-topographical information for a variety of analytical reasons, they are also of great significance to issues of rock art conservation. Indeed, in the latter area it seems self evident that this form of recording is essential. The neglect hitherto of such an important tool of rock art research is symptomatic of a field dominated by nonscientific, humanistic preoccupations, such as what is depicted and why. It is part of the general pattern that has led to the shortage of empirical information about rock art, and the abundance of meaningless claims about meaning. (Bednarik Robert , 5. THE RECORDING OF ROCK ART, ROCK ART SCIENCE) Pág. 60

[18] Bednarik, R. G. (1999). Conservation of Rock Art.

[19] Las láminas incluidas de Facatativá en:  www.bibliotecanacional.gov.co/?idcategoria=38839

[20] Según algunos autores, el número total era de 177, de las cuales se conservan solamente 151, bajo el cuidado de la Biblioteca Nacional. Los números incluidos en la actual colección parecen no corresponder  con el orden cronológico de las expediciones.

[21] Un primer informe sobre la presencia de arte rupestre en Facatativá y en otras zonas de Cundinamarca se debe a la reseña hecha por José Pérez de Barradas en su publicación sobre el Arte Rupestre en Colombia

[22] Presentado a un concurso de investigación a  la Casa de Marquéz de San Jorge del Banco Popular

[23] Se organizó un primer conjunto de fotografías a modo de catalogo que muestra las características actuales del sitio. Este catalogo grafico y fotográfico permitirá hacer un primer estudio sobre las condiciones de trabajo a futuro.

[24] Loendorf, L. L. (1994). Traditional Archaeological Methods and their Application at Rock Art Sites. New Light on Old Art Recent Advances in Hunter Gatherer Rock Art Research (pp. 81-94).

[25] Metodología. En este punto se describe exactamente cómo se va a realizar la investigación para lograr los objetivos planteados. *Debe escribir el diseño de la estructura lógica del estudio y los pasos definidos para obtener, analizar e interpretar la información, de manera que se resuelva la pregunta de investigación. Se deben describir y justificar las técnicas de recolección de datos, las tareas de laboratorio, el procesamiento de la información y los análisis previstos. Los métodos y técnicas deben ser adecuados a y justificados por los objetivos del estudio y por la escala de análisis de la pregunta de investigación. *Debe explicar claramente el tipo de intervención de bienes arqueológicos que pretende realizar, y las dimensiones de las áreas de intervención. Se debe justificar plenamente la necesidad de las intervenciones. *Debe describir y presentar en mapas temáticos adecuados la zona geográfica y localización del proyecto. Gráficos y mapas deben tener textos legibles y escala gráfica. Los mapas, en tamaño carta, deben presentar norte geográfico y coordenadas a escala acorde con el área de estudio. *Debe delimitar o señalar las áreas a explorar o donde se localiza el proyecto y el patrón e intensidad de muestreo propuestos(Icahn)

[26] Ya hace algunos años, el equipo que hace la propuesta viene trabajando en el registro y estudio del arte rupestre. Cuenta con un numero importante de registros de otras áreas en la Sabana de Bogotá y sus alrededores. Ver Hoja de vida del director y reseña del equipo GIPRI Colombia

[27] AUJOULAT N. 2004 Lascaux, le geste, l’espaceet le temps, édition du Seuil Paris.

BRUNET J., MALAURENT P. et VOUVÉ J. 1997– Lascaux, histoire d’un difficile sauvetage Archéologia, n° 332, p. 24-35.

FERCHAL C. 2003 Modélisation des écoulements et des transferts de masse et de chaleur dans la grotte de Lascaux, Thèse de mécanique, Université Bordeaux 1, 133 + 7 p.

LACANETTE D., MALAURENT P., CALTAGIRONE J.-P. et VINCENT S. 2006 – A model of termal and aeraulic flows in the cave of Lascaux, Int. Assoc. for Mathematical Geology XIth International Congress Université de Liège – Belgium.

LACANETTE D. et CALTAGIRONE J.-P. 2006 – Le simulateur Lascaux : un outil d’aide à la decisión pour l’avenir de la préhistoire, Les grottes ornées semestriel 2 – Monumental 2006, Monum, éditionsdu Patrimoine, p. 94-97.

LISMONDE B. 2002 Climatologie du monde souterrain, CDS Isère, 2 vol., 168 et 362 p.

MALAURENT P., LASTENNET R. et BRUNET J. 2006a – Une grotte sous influence : l’environnement hydrogéologique et climatique de la grotte de Lascaux, Les grottes ornées semestriel 2 – Monumental 2006, Monum, Editions du Patrimoine, p. 88-93.

MALAURENT P., BRUNET J., LACANETTE D. et

CALTAGIRONE J.-P. 2006b – Contribution of numerical modelling of environmental parameters to the conservation of prehistoric cave

paintings: the example of Lascaux Cave, Conservation and Management of Archaeological Sites, n° 8, p. 1-11.

ORIAL G et MERTZ J.D. 2006 – Lascaux : une grotte vivante. Etude et suivi des phénomènes microbiologiques. Les grottes ornées semestriel 2 – Monumental 2006, Monum, Editions du Patrimoine, p. 76-78.

SIRE M.-A. 2006 – Des restaurateurs au chevet des peintures de Lascaux. De l’élimination des champignons au constat d’état. Les grottes ornées

semestriel 2 – Monumental 2006, Monum, Editions du Patrimoine, p. 68-75.

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Filed under congresos, discusiones, patrimonio y arqueologia, Registro y Documentacion

Las representacion de animales en el arte rupestre de Colombia – Sur América

Las representación de animales en el Arte Rupestre Colombia – Sur América

Muñoz, Guillermo and GIPRI, GIPRI Colombia (2010) Las representacion de animales en el arte rupestre de Colombia – Sur América. Fundhamentos IX Global ROCK ART . pp. 775-802. ISSN 0104-351X [Article]

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Abstract (in English)

This paper should be understood as the latest approach to the study of rock art of animals in pre-Columbian Colombia, conducted by the Indigenous Rock Art Research Group. This presentation will include two aspects that refer, first that all, to the express interest to inform to the international community about the high density of rock art sites, which were unknown internationally. Secondly, this presentation is meant as a work that refers to the first efforts to establish some possible links with other archaeological remains. And thus, the intellectual interest to understand this cultural phenomenon without resorting to general explanatory hypotheses, nor used the notion of ethnographic parallels, either to the traditional stylistic typological structures.

Esta ponencia debe entenderse como la más reciente aproximación al estudio de las representaciones rupestres de los animales en la Colombia precolombina, realizada por el equipo de investigación de arte rupestre indígena GIPRI. En esta presentación se incluyen aspectos que hacen referencia, en primer lugar al interés expreso de informar a la comunidad de investigadores sobre la alta densidad de sitios de arte rupestre, que eran desconocidos internacionalmente y en segundo lugar, al interés por establecer algunos posibles vínculos con otros vestigios arqueológicos en el área de estudio (altiplano Cundiboyacense). Lo que si resulta constante dentro de la formulación presente, es el interés intelectual por entender este fenómeno cultural, sin recurrir a hipótesis generales explicativas, ni tampoco a la noción usada de los paralelos etnográficos, como tampoco a las tradicionales estructuras tipológicas estilísticas.

Item Type: Article
Authors:
Authors Email
Muñoz, Guillermo giprinet@gipri.net
GIPRI, GIPRI Colombia gipricolombia@hotmail.com
Languages: Spanish
Keywords: arte rupestre; animales; GIPRI; colombia; altiplano cundiboyacense; Teilhard de Chardin; Osborn 1985; Max Raphael (1945); sasaima; Guillermo Muñoz; Miguel Triana 1922; Reichel-Dolmatoff
Subjects: A. THEORETICAL AND GENERAL ASPECTS > 03. Art History
B. ARCHAEOLOGY > 09. Prehistoric art
B. ARCHAEOLOGY > 11. Rock art
B. ARCHAEOLOGY > 13. Rock engraving
B. ARCHAEOLOGY > 14. Rock painting
H.HERITAGE TYPOLOGIES > 22. Rock art
L.PRESENTATION AND TRANSMISSION OF HERITAGE > 07. Education
O.INTANGIBLE HERITAGE > 07. Other
Name of monument, town, site, museum: Sierra nevada, Soacha, Colombia; Altiplano Cundiboyacense, Colombia
ISSN: 0104-351X
Depositing User: gipri gmc Colombia
Date Deposited: 14 Nov 2011 08:46
Last Modified: 14 Nov 2011 08:46

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Programa arte rupestre arqueologia 2012 ( version II)

Datos Generales


Nombre: Arte Rupestre y Arqueología

Intensidad: 4 h/s

– horas teóricas y salidas de campo

-Trabajo final teórico y de registro

Docente: Guillermo Munoz

 

 

B. Justificación

Diversas dinámicas académico-científicas justifican la organización de una cátedra universitaria, dedicada expresamente al estudio del Arte Rupestre como un objeto que requiere una atención especializada.  En primer lugar, la investigación en los centros de estudio más avanzados han abierto nuevos campos de trabajo en relación a los problemas teórico-metodológicos y a las técnicas arqueométricas, con aspectos que se interrogan por su fundamento, su sentido y función técnico cultural. Nuevos datos, nuevos registros y otro tipo de perspectiva en el estudio, abren espacios de reflexión en el trabajo de documentación, de estudio, al igual que nuevos aspectos en los caminos abiertos para su conservación y administración. Hoy los debates se proyectan en el conjunto de temáticas interpretativas tradicionales y con ello, en las proyecciones que de estas se derivan en los estudios en diversos continentes.

 

Las investigaciones colombia han permitido relativizar las investigaciones pioneras (Isaacs Triana, Cabrera Ortiz) Más de 3000 rocas se han venido documentando desde 1970 en el altiplano cundiboyacense y con ello nuevas preguntas y temas de investigación abren campos al conocimiento de las zonas arqueológicas, al tipo de poblamiento y la las peculiares  formas de lenguaje que estas representaciones contienen.

 

La cátedra de arte rupestre se propone a la universidad como resultado objetivo del desarrollo que esta temática ha tenido tanto en Colombia como por los adelantos en el estudio de estas manifestaciones en distintas latitudes a nivel internacional (IFRAO, ICOMOS CAR, AURA, AIAR). El manejo preliminar de este objeto ha terminado en el momento en que ya es posible establecer un trabajo cada vez más coherente y reflexivo, ahora vinculado con las ciencias básicas y sociales para intentar entender el sentido y función de estas manifestaciones pictóricas, comprendidas ahora como sistemas complejos de representación, como lenguajes humanos peculiares, que pueden ser investigados desde distintas perspectivas. El arte rupestre a nivel global se ha venido configurando como un fondo temático-documental variado y complejo, producido por distintas comunidades en diversos contextos, en distintas etapas del poblamiento de los territorios de estudio y con ello como una diversidad, que no se puede reducir a procesos evolutivos.

 

Esta información, amplio significativamente el conocimiento sobre la prehistoria, sobre su ambiente y sobre el origen y fundamento de las primeras representaciones de animales en el paleolítico superior. Con la arqueología científica se intento hacer un estudio cronológico y construir diversas tipologías crono-estilísticas, para apreciar las variaciones en los sistemas de representación, y así ampliar la evolución de los desarrollos técnicos y temáticos. Los estudios crono-estilísticos, los desarrollos en las investigaciones antropológicas, etnográficas y etno-históricas, los análisis arqueométricos, y la historia crítica de los hallazgos, de los registros y de las interpretaciones del arte rupestre han abierto diversas objeciones, nuevos procesos y campos de investigación y a través de sus aportes con esta fuente documental nuevos nexos, articulaciones con la antropología.

 

Los estudios en América sobre  el mundo simbólico, las representaciones de lo sagrado y las representaciones sobre las jerarquías y los estamentos en la comunidad se encuentran íntimamente ligados al pensamiento precolombino,  al mundo  de los rituales, a las formas de representación en su carácter complejo y sintético. Las relaciones y diferencias entre estos elementos formales presentes en estos sistemas de representación serán abordadas con otras fuentes documentales construidas por los discursos  antropológicos en sus caracterizaciones sobre  lo simbólico, lo sagrado y sus  posibles proyecciones en la estética popular.

 

Resulta problemático asumir en el arte rupestre estas formas de interpretación que son muy comunes en los estudios americanos. El arte rupestre se convierte de esta manera en uno de los ambientes universitarios, que rehacen las preguntas y generan un número importante de objeciones.

 

Las temáticas que se trabajan comprenden un gran espectro:

 

1-Historia del proceso del descubriendo y dinámica de sistematización de las categorías de la interpretación del arte europeo Paleolítico (Debates: avances y retrocesos).

2- Las concepciones antropológicas y el estudio de los elementos sagrados y los sistemas de representación.

3-Etnografía y etnohistoria  como referencias.

4 La historia de los hallazgos en Colombia y la historia de las interpretaciones

5-La historia de los registros y las formas críticas en la documentación y descripción de estaciones rupestres.

6- Arqueología y arte rupestre: sistemas de estudios biogeográficos,  bio-climáticos, y alteraciones del arte rupestre.

7- Trabajos de conservación y control de deterioro

C. Objetivo General

El objetivo general de la cátedra es iniciar los estudios sobre  los diversos procesos que fueron configurando las interpretaciones del arte rupestre.  Un aspecto central es la discusión sobre la historia de los documentos (registros) y las diversas etapas ( historia de las interpretaciones).

 

El objetivo es mostrar la relación y la complejidad  entre la arqueología y el arte rupestre. Si bien es cierto que la investigación del arte rupestre se origina con el  proceso de la arqueología científica, lo interesante es la complejidad de sus caminos en la búsqueda del sentido y función cultural.  Las investigaciones contemporáneas del arte rupestre, se han venido configurando precisamente en el debate con las tradiciones de los estudios geológicos y paleontológicos iniciales.

D. Objetivos Específicos

– Un objetivo  especifico es que los estudiantes de arqueología abren nuevos campos de trabajo con el conocimientos de las dinámicas de estudio nacional e internacional del arte rupestre

-Otro objetivo es que tengan  acceso a las nuevas técnicas de registro sistemático de zonas rupestres y  que se aproximen a los modelos complejos de conservación.

– Es igualmente un objetivo que tengan contacto directo con los originales ( arte rupestre)  y puedan observar las diferencias entre estos y las transcripciones tradicionales publicadas.

E. Contenido

– Historia del proceso del descubriendo y dinámica de sistematización de las categorías de la interpretación del arte europeo Paleolítico

– Etnografía y etno-historia en Colombia

-La historia de los hallazgos en Colombia y la historia de las interpretaciones

-Arqueología y Arte Rupestre

Trabajos de conservación y control de deterioro en el arte rupestre

F. Metodología

Se harán  clases convencionales donde ese expondrán los  temas del programa.

Los estudiantes deberán hacer reseñas de textos y ensayos sobre los mismos y eventualmente exposiciones.

Se  distribuirán en grupos y harán trabajos de documentación en algunas áreas  de arte rupestre en el altiplano.

Entregaran los informes de registro de  rocas.

Harán un ensayo final  que incluye su experiencia de trabajo , tanto de lecturas como de sus salidas de campo ( registro y documentación de zonas)

G. Evaluación

Escala de calificación: 0,00 – 5,00 (aprobado con 3,00)

H. Cronograma

 

1-Historia del proceso del descubriendo y dinámica de sistematización de las categorías de la interpretación del arte europeo Paleolítico ( tres  semanas)

– El descubrimiento siglo XIX y el debate  de prehistoriadores (arqueología histórico cultural y el nacimiento de la arqueología científica.

– Los hallazgos de Les Combarelles y Fonte de Gaume 1909  H. Breuil

– Las cronologías y nacimiento de las tipologías estilísticas del Magdaleniense

– Objeciones de Max Raphael, Annette Laming-Amperaire, A.Leori_Gourhan

–  Arte paleolítico categorías y debates Peter Ucko & André Rosenfeld

 

2-Etnografía y etno-historia en Colombia ( seis semanas)

Las referencias de los cronistas de Indias ( Simon, Castellanos.

Las interpretaciones antropológicas (G. Reichel Dolmatoff).

La tradición oral y los informes antropológicos. Paralelos etnográficos

La descripción de las fiestas y los exvotos.

San Pascual Bailón  y el Arte Rupestre ( Boyacá).

 

La historia de los hallazgos en Colombia y la historia de las interpretaciones( tres Semanas)

La referencia de los cronistas y los datos de arqueólogos y antropólogos

La Comisión Corográfica.

Jorge Isaacs y las investigaciones en la zona Arhuaca.

Miguel Triana y la Civilización Chicha ( el Jeroglífico Chibcha).

Mason y la arqueología (arte rupestre de Donama) .

Eliecer Silva Celis  ( Caquetá y Boyacá).

Wenceslao Cabrera Ortiz y el cuaderno de Cundinamarca.

Becerra José Virgilio (arte Precolombino)

GIPRI y la investigación  (modelos, discusiones teóricas y sistemas de registro

 

3-Arqueología y Arte Rupestre (dos semanas)

Arqueometría y estudios de pigmentos.

Sistemas de registro pinturas y grabados (experiencia  Valcamonica Italia)

Sistema de Info. Geográfica y estudios de densidades y correlaciones.

Estructura de la representaciones y contextos (animales, plantas símbolos).

 

Trabajos de conservación y control de deterioro en el arte rupestre (dos semanas)

Los procesos de deterioro de Altamira y Lascaux.

Las nuevas adecuaciones de Chauvet.

Los sistemas de estudio y conservación de Australia

Arqueometría y Datación.

 

I. Bibliografía  Propuesta

 

Ucko y Rosenfeld Arte Paleolítico Guadarrama Espana1967

Bednarick Robert (Editor)                                                                                                                              Rock Art Research Ifrao Australia 1980_2010

Bednarick Robert  Rock art Science Aryan Books  India2007

Raphael Max Arte Paleolítico 1946

Krapf Muller Gabriel, Jeroglíficos Milenarios y Jeroglíficos Modernos Cromos .1938

Isaacs Jorge. Las Tribus Indígenas del Magdalena, Sol y Luna Bogotá1967

Triana, Miguel EL Jeroglífico Chibcha Bogotá, Banco.Popular,1970

Triana, Miguel. La Civilización Chibcha. Escuela Tipográfica Bogotá.1922

Cabrera  Ortiz, Wenceslao. Monumentos Rupestres de Colombia. Cuaderno Primero: Generalidades. Algunos Conjuntos Pictóricos de Cundinamarca. Rev_ Colom_Antropología. 1970

Shobinger Juan El Arte Andino como expresión de Prácticas shamánicas Ponencia en Salta 1997

Michael Winkelman Shamanism and Cognitive EvolutionCambridge Archa_Journal2002

John J. McGraw Sacred Cave: Towards an assumption of religion Upper Paleoli University of California2002

Malinowski, B.  Magic, Science and ReligionGarden City: 1954

Leroi-GourhanPrehistoric ManNew York- Wade Baskin.1957

Eliade, Mircea. . .  The Sacred and the ProfaneSan Diego: Harcourt1959

Breuil, H. Les subdivisions du Paléolithique supérieur et leur signification. In Congrès International d’Anthropologie et d’Archaéologie Préhistorique.  pp. 165-238.

1979  Four Centuries of Cave Art. Trans. Mary Boyle. New York: Hacker Art
Books Geneva, N Y 1913-1979

Renfrew, C. & Zubrow, E.                                                                                                                               The Ancient Mind: Elements of a Cognitive Archaeology. New York, 1994Cambridge University Press1994

Whitley, D.,  Shamanism, natural modeling and the rock art of Far Western North American huntergatherers,
in Shamanism and Rock Art in North
America, ed. S. Turpin. San Antonio (TX): Rock Art
Foundation, 1–44.1994

Consens MarioArte  Rupestre, Sahamanismo y estaros alterados de conciencia: Una revision Criticarevista electronica de arqueologia2006

Pérez de Barradas, José.                                                                                                                               El  Arte rupestre en Colombia. CSIC. I Instituto Bernardino de Sahagún, Madrid                                                                                                                   1941

Lewis-Williams, D. and Clottes, J.1998 The Mind in the Cave—The Cave in the Mind: Altered Consciousness in the Upper Paleolithic. Anthropology of Consciousness Vol. 9, No. 1: 13-21Sou_African 1998

J.D. LEWIS-WILLIAMS    Documentation, analysis / interpretation: problemr in rock art Sou_African Archa_Bulletin1995

 

 

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LAS TRANSCRIPCIONES ANTIGUAS/ NUEVAS VERSIONES

Abreu et al. Artigo35 IFRAO2009

Foi nos finais do ano de 1971 que um grupo de estudantes da Faculdade de Letras de Lisboa
identificaram no leito e nas margens do rio Tejo (Distrito de Castelo Branco, centro de Portugal) 
Infelizmente a construção da barragem do Fratel acaba, poucos anos depois, por submergir a quase
totalidade dos sítios então descobertos, ficando hoje ao ar livre apenas trechos marginais e áreas
menores como a vale do Ocreza. Graças ao apoio financeiro da Fundação Calouste Gulbenkian foi no
entanto então possível fazer moldes em látex de muitas das superfícies decoradas. São esses mais de
1700 moldes, conservados em boa condições, que permaneceram praticamente não estudados, tendo
sido apenas publicadas meia dúzia de rochas e painéis. O Projecto RUPTEJO veio agora permitir que
esses preciosos documentos nos chegassem agora as nossas mãos.




Abstract

In 1971 a group of students discovered a major rock-art site along the banks of the Tagus (Tejo) river. Within a few years,
the area was completely submerged by the water of the Fratel dam. With financial support from the Calouste Gulbenkian
Foundation, some of these students and their friends photographed and made more than 1700 casts in latex. Some of these
casts come recently into our hands. In this paper, we shall discuss different methods tested to record them, the technique that
was chosen and how the work is progressing.

 

 

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ESTADO ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONES EN ARTE RUPESTRE EN EL ALTIPLANO CUNDIBOYACENSE. (COLOMBIA-SURAMÉRICA GIPRI COLOMBIA

ESTADO ACTUAL DE LAS INVESTIGACIONES EN ARTE RUPESTRE EN EL ALTIPLANO CUNDIBOYACENSE. (COLOMBIA-SURAMÉRICA GIPRI  COLOMBIA

Congreso Mundial de Arqueología 1999 2.TEMA 5: ADMINISTRACIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO COORDINADORES:  GONZALO CORREAL U. Y HENRY CLEERE- Autor  GUILLERMO MUÑOZ C. DIRECTOR GIPRI COLOMBIA


resumen:

Se presenta en esta ponencia al segundo congreso mundial de arqueología el trabajo que ha venido desarrollando desde 1970 el grupo de investigación de la Pintura Rupestre Indígena [GIPRI] en el salvamento, registro y estudio de las zonas rupestres en el altiplano Cundiboyacense. Bajo la categorización provisional de cultura de los pueblos pintores, se exponen los siguientes temas y problemas:

  1. 1.    estado de la teoría:Se esboza de una manera general la historia de las investigaciones que se han realizado en Colombia sobre Arte Rupestre con el propósito de mostrar el tipo de temas que cada investigador ha inaugurado: las fases, los problemas que cada época contiene y promueve y el conjunto de temáticas que se derivan en la actualidad de sus trabajos y opiniones.
  1. 2.    procesos de registro y archivo: Se muestran los avances del trabajo tanto en la ampliación y estudio de nuevas zonas rupestres, como en la calidad y rigurosidad del trabajo. Hacer ahora un registro significa utilizar diversos procedimientos técnicos, que no sólo permiten llegar a tener una cierta fidelidad en la trascripción, sino que todos estos documentos iniciales son situados en un sistema de datos organizado (base de datos) que permita recuperar con agilidad la información para crear alternativas en el manejo de esta herencia arqueológica. (ponencia presentada en el 2 congreso mundial de arqueología: tema 1 coordinado por paúl reilly)
  1. 3.    zonas y hallazgos: Lo más importante de este informe tiene que ver con los hallazgos de nuevas zonas rupestres. Un número no inferior a 15 zonas fueron encontradas en los primeros trabajos de prospección (1980-1989). Se presentan algunas zonas, que aunque estaban denunciadas en los libros clásicos (Triana, Cabrera O. Ghisletti), nunca habían sido  observadas ni registradas en publicaciones. Sobre estas zonas se tenia el nombre del lugar pero, nunca habían sido trabajadas sistemáticamente. Se agregan además, un número significativo de rocas que no estaban referenciadas por las escasas publicaciones existentes.
  1. 4.     propuestas:Finalmente, se propone a la comunidad de arqueólogos que se organice un Museo –Archivo de Arte Rupestre colombiano, y simultáneamente se impulse la creación de la Sociedad Colombiana de Arte Rupestre (cultura de los pueblos pintores). cuyos objetivos centrales son la investigación y estudio de este objeto cultural, en torno a la cual giren grupos de trabajo estables y se pueda iniciar la labor de registro sistemático y de conservación de las zonas.

I.

Entonces las marcó con el nombre respectivo, de modo que le bastaba con leer la inscripción para identificarlas. Cuando su padre le comunicó su alarma por haber olvidado hasta los hechos más impresionantes de su niñez, Aureliano le explicó su método y José Arcadio Buendía lo puso en práctica en toda la casa y más tarde lo impuso para todo el pueblo. Con un hisopo entintado marco cada cosa con su nombre; mesa, silla reloj, puerta, pared, cama cacerola. Fue al corral y marcó los animales y las plantas: vaca, chivo, puerco, gallina, yuca, malanga, guineo. Poco a poco, estudiando las infinitas posibilidades del olvido, se dio cuanta de que podía llegar un día en que se reconocieran las cosas por sus inscripciones, pero no se recordaría su utilidad. Entonces fue más explicito. El letrero que colgó en la cerviz de la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y la leche que hervirla para mezclarla con el café y hacer café con leche.

Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que habría de fugarse sin remedio cuando olvidaron los valores de la letra escrita”.

II.

“Derrotado por aquellas practicas de consolidación, José Arcadio Buendía decidió entonces construir la maquina de la memoria que una vez había deseado para acordarse de los maravillosos inventos de los gitanos. El artefacto se fundaba en la posibilidad de repasar todas las mañanas, y desde el principio hasta el fin la totalidad de los conocimientos adquiridos en la vida. Lo imaginaba como un diccionario giratorio que un individuo situado en el eje pudiera operar mediante una manivela, de modo que en pocas horas pasaran frente a sus ojos las nociones más necesarias para vivir. Había logrado escribir cerca de catorce mil fichas….”

 

cien años de soledad

Gabriel García Márquez.

 

Temática General

  1. Historia de la investigación

A-   Primeras Referencias

1-    Bochica: estructura cultural de conservación del arte rupestre.

2-    Calendario Chibcha: arte Mobiliar

3-    Otras referencias

4-    Últimos años de investigación

B-   discusiones y perspectivas

  1. zonas

A-   petroglifos y pictografías

B-   altiplano Cundiboyacense. [GIPRI]

C-   conjeturas y refutaciones

  1. propuestas

A-   organización de grupos estables de investigación

B-   creación de la sociedad colombiana de investigación de arte rupestre

C-   criterios de registro, protección y control de deterioro.

 

I.  Historia de la investigación:

 

Primeras referencias

La actividad de pintar o grabar en rocas en el territorio nacional puede haberse iniciado incluso antes del periodo formativo. Las escasas referencias que se tienen son tardías y parecerían corresponder a algunos años antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, esto es sin duda muy improbable. Las diferencias temáticas, la variedad de zonas, y la diversidad de formas en pinturas y grabados, obligan al investigador a ampliar el marco estrecho de las investigaciones tradicionales.*

La historia del Arte Rupestre, en el espacio del territorio nacional, esta frente a procesos que abarcan diversas épocas y muy seguramente distintos grupos. Esta ponencia, quiere mostrar nuevos elementos sobre las escasas referencias en los tiempos de la conquista, para problematizar esta temática particular, y recoger así solo un aspecto del problema. Es importante advertir que esta interpretación y selección, manifiesta el estado incipiente en que se encuentra el trabajo mismo sobre arte rupestre Colombiano.

¿Por qué fueron conservados los sitios donde, aún ahora, se puede observar pinturas y grabados?**

Los primeros informes sobre la existencia de zonas donde se han realizado pictografías o petroglifos se deben al trabajo de los cronistas españoles[1]. Sin duda, cierta curiosidad al descubrir las nuevas tierras, influyo en que dedicaran algunos comentarios de sus descripciones en la conquista sobre estos fenómenos culturales. Vistos como formas demoníacas o celestiales, las pinturas o los grabados, fueron percibidas dentro del contexto cultural maniqueo y ecléctico que traían escribanos y curas doctrineros en su proceso de conquista y colonización. El desarrollo cultural contra-reformista español debe ser situado en su contexto para comprender que los pensamientos y la actitud espiritual de los siglos XV, XVI, XVII, XVIII, están impregnados de una actitud mística, una conciencia de permanente culpabilidad que se ve solucionada con la milicia que combate a los herejes. Barroco y contrarreforma[2], son entonces los espacios espirituales que conforman el sistema de percepción del recién llegado a América. Al romperse la unidad cristiana con el cisma protestante, los cristianos españoles, se apoyan en prácticas radicales que exageran en todos los ámbitos: las visones místicas y las apasionadas formas de expresión religiosa, componen el cuadro de esta mentalidad.

Buena parte de estos elementos parecen haberse prolongado hasta la actualidad. En el presente, aún se conservan estas tendencias camufladas bajo el ropaje incluso de lo científico. Sin indagar suficientemente la explicación de la historia y el proceso de la nacionalidad, siempre se estabiliza un estereotipo que sobre todo quiere acentuar la diferencia abismal entre lo precolombino y los conquistadores. Con esta imagen busca encontrar sólo las diferencias. Siempre se intenta localizar aquello distinto, que es sin duda lo que supuestamente define el modo de ser de las culturas precolombinas. Pero, cuando se revida con cuidado el modo como los mismos españoles trataron la cultura de las nativos habitantes, (por lo menos para las culturas del altiplano), es necesario mostrar que ellos produjeron analogías que aparentemente hacían no contradictorio su pensamiento con las formas culturales e incluso religiosas de los habitantes nativos.

Una investigación minuciosa sobre las relaciones y diferencias entre la cultura de las pueblos aborígenes y la mentalidad de los pueblos europeos de la época de la conquista, podrá revelar en el futuro importantes descubrimientos. En la actualidad sólo se han exagerado sus distancias. Hasta ahora se ha podido observar con los trabajos recientes y con una nueva perspectiva de estudio, impresionantes coincidencias aunque sean por ahora superficiales. Lo realmente sospechoso que invita a investigar, es el modo y las razones por las cuales las formas de la cultura indígena parecen haberse conservado de una manera impresionante hasta el presente, aún frente a la fuerza con la cual los pueblos conquistadores destruyeron sus fundamentos principales… o quizás precisamente lo central es que estos permanecieron.

Lo interesante es que los mitos, costumbres y ciertos ritos, se han prolongado hasta el presente en fusiones diversas, incluso en aquellas manifestaciones (coplas, fiestas populares, practicas médicas, historia oral, y artesanías) que se determinan equivocadamente como “lo folclórico”, lo artesanal. Una investigación más minuciosa permitirá nuevas interpretaciones y explicaciones sobre la prolongación de ciertas estructuras incluso en el presente. El arte rupestre significa aquí una nueva fuente documental para el estudio de las mentalidades de los habitantes, por lo menos para la zona estudiada (altiplano cundiboyacense).

Por qué fueron respetados ciertos aspectos, que no por escondidos, siguieron hasta el presente funcionado en la mentalidad ahora de campesinos? Un ejemplo tomado de la tradición permite mostrar aquí este argumento. Es impresionante poder pensar que los héroes y personajes míticos de los Muiscas como Bochica[3] fueran incluidos en las crónicas como personajes que podían haber sido apóstoles civilizadores, enviados antiguos de la cultura judeo-cristiana, que en la evangelización llegaron hasta América. Se compararon los atributos de Bochica con las ya conocidas cualidades y acciones de Jesucristo o de algunos de sus apóstoles y esto parece explicar porqué sobrevivieron hasta nuestros días algunas historias y leyendas que ahora conforman el complejo espacio de la identidad nacional, aunque no sean suficientemente conscientes. La investigación quiere mostrar la no existencia de un conflicto en el terreno de las visones de mundo entre los conquistadores y los conquistados y dentro de esta atmósfera, la razón y el porqué han sobrevivido un sin número de manifestaciones pictóricas

1-    bochica: estructura cultural de conservación del arte rupestre.

De ninguna manera se quiere aquí rehacer la formulación irracional que vincula la historia de los pueblos europeos y la cultura judeocristiana con las formas culturales propias de los habitantes del altiplano. Lo que se quiere mostrar es el conjunto de analogías y coincidencias, que probablemente derivan en una explicación compartida entre conquistadores y conquistados frente a lo sagrado.

En relación a Bochica giran demasiadas coincidencias. Estas debieron producir cantidad de miedos en curas doctrineros y en autoridades civiles. Vestido con elementos semejantes a los que se describen en el nuevo testamento (vestido nazareno) actúa en una peregrinación que comienza en el sur oriente de la sabana de Bogotá (Pasca-Cundinamarca) y termina en Sogamoso (Boyacá) con la organización de una comunidad religiosa que se establece con templo y grupos que heredan sus enseñanzas. Dentro de las descripción que hace Fray Pedro Simón[4], se pueden observar elementos adicionales: se le describe como una “tradición certísima”, que modela las percepciones de los sagrado, del aquel remoto momento originario, en que los habitantes inauguran con este personaje una nueva época. Convertido en paradigma Bochica representa como cualidad, el nacimiento de una nueva forma cultural.

En relación al Arte Rupestre es con éste personaje mítico que se inicia la temática tanto de petroglifos como de pictografías. Pero no sólo estaba comprometido Bochica en pintar las rocas dando ciertas enseñanzas en el orden moral, social y espiritual. Estampó su pie en la población de Ubaque. Esta población se encuentra en la zona oriental de la Sabana de Bogotá. Por allí comienza la leyenda. Bochica inicia su recorrido por oriente como enviado de la luz (Chiminigagua)[5] para transformar a los habitantes del altiplano; no sólo se recuerda como un personaje que ha enseñado a la población el modo como se debe vivir frente a la naturaleza, sino que se advierte en el mito una manera nueva de explicar el mundo, una nueva visión de mundo, que irradia en todos los ordenes, tanto en la actividad –frente a lo sagrado- como en las actividades prácticas, cotidianas de cultivo[6], del manejo del agua[7], y en los nuevos símbolos[8] y lenguajes para representar lo sagrado mismo[9].

La ruta[10] de Bochica y sus “milagros”[11] constituye al parecer un camino sagrado, que no sólo se recuerda por sus nombres, sino por los objetos y centros (sitios de culto) que deja: la piedra de Ubaque, La laguna de Bacasió, el salto de Tequendama, la cueva de Cota, el camino hacia los llanos, el templo de Sogamoso, son entre otros, los lugares que recuerdan la ruta y las acciones de este personaje civilizador.

“Este les enseño a hilar algodón y tejer mantas, porque antes de esto sólo se cubrían con unas planchas de hacían de algodón en rama, atadas con unas cordezuelas de fique unas con otras, todo mal aliñado; y aún como a gente ruda cuando salía de un pueblo les dejaba telares pintados en alguna piedra lisa y bruñida como hay se ven en algunas parte. Simón P. T II página 235-238.

La referencia es sin duda una pista importante para encontrar Arte Rupestre en las vías por las que la crónica describe el paso de Bochica. Es difícil ahora saber con precisión los lugares por los cuales Bochica pasó[12]. Por las zonas que se han trabajado (GIPRI) se puede tener una cierta imagen, si esta se limita al espacio de la Sabana de Bogotá. Pero es posible que la acción de pintar sea anterior, es decir que los habitantes ya le usaran con ciertos fines, todavía no muy claros hasta el presente. Lo que es claro, es que la pintura relativa a Bochica tiene que ver con sus propias enseñanzas. Allí según el cronista los campesinos podían observar sus enseñanzas en lo relativo al arte de tejer y pintar las mantas y al modo de hacer los telares. Hasta el momento, se han encontrado sólo dos lugares en el altiplano que realmente podrían coincidir con este tipo de estructuras formales: Sutatausa y Tenjo. En ambas poblaciones se encuentran dibujos que sin duda permiten ver que tratan los modos como debían hacerse los tejidos[13].

Ahora es posible entender porqué no han sido destruidas las rocas y sus pinturas desde la época de la conquista. Desde siempre, la población por o menos hasta el siglo XIX, debió tener estos sitios como lugares sagrados, que en ningún caso ponían en conflicto las enseñanzas que se daban en la iglesia. Hasta ahora no se conocen documentos de archivo que muestran polémicas sobre la destrucción de zonas (Chivo negro –Bojacá, por ejemplo) que están a solo un kilómetro del pueblo fundado por los españoles. El dato más sorprendente se encuentra en Sutatausa (Cundinamarca). Allí se localiza una roca con pinturas a dos cuadras de la plaza del pueblo. Ahora ésta pintura se encuentra dentro  del cementerio de la población[14]. Si en alguna época se hubiera pensado la diferencia entre la religión católica y la iconografía de Bochica (atribuida) se habría destruido la roca con sus pinturas.

Sobre lo anterior, existen incluso anécdotas recientes. En 1938 Darío Rozo con un cierto conocimiento e interés por las inscripciones en general, produce un enlace de analogías sobre las diversas fuentes que le permiten ver semejanzas entre distintas culturas. Ve sin ningún fundamento en las pinturas rupestres del altiplano Cundiboyacense formas semejantes al alfabeto ibérico y con ellas se ocupa de “traducir” los elementos de las “inscripciones” (monogramas de cristo-crismón). No se intenta aquí formular el carácter científico de esta preocupación. Importa simplemente dar algunas indicaciones sobre las relaciones que Darío Rozo mostró sin darse cuenta y hacer notar que había descubierto algo que ahora pensamos, debió conmover a los españoles del periodo colonial y que se refiere al maravilloso conjunto de semejanzas entre ciertas formas rupestres y aquellas que ya se representaban en la iconografía cristiana. Al analizar la pintura de Pandi (Cundinamarca) Darío Rozo habla de su semejanza formal con un “crismón”, signo antiguo utilizado por la comunidad cristiana (muy comunes en España en el  siglo VI y IX), que había sido  una iconografía de divulgación, utilizado en formatos diversos (monedas, sepulcros, formas decorativas para distintos objetos) y que probablemente estaban en las formas de representación habitual del común de los mortales españoles en la época de la conquista.

La piedra de Pandi se encuentra a escasos 600 metros de la población en un zona llamada “El helechal”. Influyó este “monograma” presente en la roca principal para evitar que la comunidad le rompiera? Es muy probable. La Piedra de la Iglesia (Sibaté –Cundinamarca), las rocas de Suesca, poseen todavía algunas condiciones sagradas confusas; sobre la piedra se pone actualmente la “cruz de Mayo” y en su techo se efectúan bailes. En las rocas de Suesca (Cundinamarca), se organizan misas campales en el sitio donde se ha puesto una virgen muy cerca de las pinturas. El signo de la cruz, que suponían también los cronistas se encontraba en las imágenes que fueron enseñadas por Bochica para indicar sobre los sepulcros los muertos por serpientes. Es también una antigua historia bíblica. Para los españoles era otra evidencia del apóstol civilizador[15], evidencia que se agrandaba y complicaba con ciertos objetos encontrados en los santuarios como eran figuras de hombres con tres cabezas, “tres rostros (Menqueteba, Bochica, Zuhé) y que decían ser tres personas con un corazón”.

Es importante tener en cuenta que los pueblos habitantes del altiplano a la llegado de los españoles tenían ya una organización estable, es decir una cierta estructura política y económica, que garantizaba la organización de una política colonial. La leyenda de Bochica parece estar relacionada con esta estabilidad cultural puesto que fue este personaje civilizador quien dio las pautas para este cambio. Si se tiene siempre como leyenda central la historia de Bochica, es posible enunciar la correspondencia entre las representaciones de los habitantes nativos y los recién llegados conquistadores. Según la investigación de Friede bajaron por el Magdalena buscando el Perú, pero al llegar a una cierta población (Tora) fueron persuadidos en cambiar el rumbo. Ahora podemos pensar que los exploradores al mando de Gonzalo Jiménez de Quesada debieron observar objetos y situaciones en las que ellos mismos se reconocían. Seguir la ruta de la sal es hasta ahora la explicación; sin embargo es posible que hayan sido conmovidos por algunas estructuras formales y por historias contadas por los traductores que se sugerían semejantes a su propia manera de percibir.  En cualquier caso es interesante incluso imaginar que el vinculo entre la estética precolombina y las culturas europeas podrían tener vínculos adicionales por el interés expreso de los conquistadores por su propósito de  excluir las formas sociales modernas que empezaban cambiar la vida de las ciudades europeas.

Pero lo central es que se sigue aquí defendiendo la tesis que invita a pensar las semejanzas entra las estructuras formales que contenía la tradición de Bochica y las formas que traían los españoles para enseñar la religión cristiana. La tesis pretende mostrar que al existir esta relación formal, pudieron sobrevivir los temas y representaciones, los dibujos de Bochica al lado de los iconos españoles cristianos o en un sincretismo que todavía no ha sido suficientemente estudiado. También Bochica es enviado de la luz. En sus enseñanzas se pueden ver fantásticas analogías: la resurrección de la carne, dar limosna y …

“otras buenas cosas como era también su vida; que si esto es así, no sólo estas de que ellos se acuerdan sino otros muchos misterios de nuestra santa fe les enseñaría. La cual tradición ni apruebo ni repruebo, solo la refiero como la he hallado admitida por cosa común  entre los graves doctos de este reino.

El cronista Simón incurre en semejanzas tales que en un momento al describir el camino de Bochica dice:

Desde Guane revolvió hacia el este y entró a la provincia de Tunja y valle de Sogamoso, a donde se desapareció quedando hasta hoy rastros de nuestra fe en aquella provincia, como presto diremos”. Simón P. T III. Página 235-238.

El nombre original de la ciudad era Santa Fe, el cual apenas a fines del siglo dieciocho se convirtió en Santa Fe de Bogotá. Hasta 1818 se suprimieron las palabras Santa Fe.

Las dos citas anteriores permiten reflexionar sobre el nombre de la población fundada por los españoles [santa fe de bogotá] en el centro de la Sabana de Bogotá y que terminó siendo la capital de Colombia. Su nombre Santa Fe (de Bogotá) remite sin duda al recuerdo de que tenían los españoles sobre la presencia de un apóstol civilizador, o por lo menos debió jugar un cierto papel acompañado de otros factores.

Ya en otras citas se ha mostrado como se conservaron ciertos elementos de la cultura precolombina por su semejanza prodigiosa con las representaciones europeas. Esto explica porque no es necesario estudiar al Arte Rupestre como algo ajeno a la religión. La forma sui géneris como se elaboró en Colombia en las zonas  del altiplano el sistema de representaciones religiosas cristianas, invita ahora a estudiar la iconografía religiosa y el Arte Rupestre como formas que par algunas época deben guardar importantes nexos.

Así que, Arte Rupestre y arte e iconografía religiosas cristianas de la colonia, deben guardar elementos afines. Allí el indígena se reconocía. Lo fundamental fue la labor de persuasión utilizada por los curas doctrineros para adaptar los elementos producidos por los indígenas y llevar por grados a la versión final de sus intenciones evangélicas. El indígena miraba en los elementos de la iglesia a sus propios dioses. Al cambiar los nombres de sus entidades fueron poco a  poco adquiriendo los sentidos que para cada generación fue dando la educación producida por las escuelas, y universidades católicas. Como un verdadero proceso los elementos antiguos, fueron desdibujándose hasta llegar al olvido total. Ya nadie podría reconocer la relación inicial.

Pero, no es suficiente con poder dar un conjunto de coincidencias culturales entre el mito de Bochica y las representaciones que traídas por los españoles daban originaron respeto y temor para conservar o aniquilar definitivamente sus poderes culturales en los pueblos Muiscas. Tampoco es suficiente ahora con decir que los indígenas tenían de modo natural una estructura cultura semejante a la judeocristiana por ser ambos “modos de producción y formaciones sociales equivalentes”. Hablar de un modo de producción semejante y de sus correspondencias escritúrales, significa intentar con una simple generalidad el acceso a un problema de la cultura, que antes de ser explicada, se esconde. Todo lo anterior puede ser cierto, pero nada contribuye a la explicación de los posibles condiciones y relaciones que puede tener este mito con otros ordenes de la cultura y con la misma unidad relativa de la cultura de su tiempo. Ahora se quiere buscar la relación que puede existir entre el ciclo temático-mítico de Bochica y las formas de representación, la iconografía. Lo anterior no resuelve el camino de documentación necesario de estaciones rupestres.

La pregunta es si el Arte Rupestre permite dar este tipo de explicaciones. Si es posible mostrar la figura de Bochica en una de los murales, en las elaboraciones posteriores de las iglesias. Los sacerdotes de Sogamoso, los santuarios de Bosa, Tequendama, Cota, debieron contener entre otros, las enseñanzas de Bochica. En cada una de estas zonas existe Arte Rupestre, sin ser por supuesto las únicas, al heredar sus conocimientos estos debieron ampliarse en distintos centros, y es así como es posible todavía conocer en perfecto estado algunos centros rupestres sobre los cuales han sufrido deterioros severos sólo en el siglo XX.

Lo mencionado sólo pretende iniciar el estudio del Arte Rupestre en una nueva ruta, en un periodo especifico, para explicar por qué han permanecido y no por accidente, descuido o simple desconocimiento, multitud de zonas y rocas que todavía pueden ser visitas en los entornos de la Sabana de Bogotá, conservadas en un estado extraordinario. (en el capitulo relativo a investigaciones y zonas se ampliará este simple comentario)

Finalmente esto puede ayudar a explicar, entre otros elementos, por qué se conservaron ciertos temas de las culturas aborígenes y por qué desaparecieron otros. Las semejanzas elaboradas por los europeos por lo menos frente al mito de Bochica, facilitaron la perpetuación de este tema y por esta razón continuó en la memoria de los habitantes, y en la historia oficial[16].

Calendario Chibcha: Arte Mobiliar:

Advertido el espacio espiritual que crea los contornos de percepción de los conquistadores frente a ciertos elementos de la cultura precolombina del altiplano, se inicia en lo que sigue la reseña de los trabajos de algunos curiosos comentaristas que agregaron nuevos elementos para el estudio de la cultura de los pueblos habitantes de la altiplanicie Cundiboyacense.

Las relaciones que pueden existir entre el Arte Rupestre y la cerámica, la orfebrería, y los conocidos instrumentos de piedra (volantes de uso y matrices de ofebreria) no han sido trabajadas. El arte mobiliar con tradición rupestre[17] es hasta ahora una denominación abstracta, aunque casualmente algunas piezas posean semejanzas con los nuevos descubrimientos en murales tanto para petroglifos como pictografías, es muy poco lo que se ha intentado estudiar  esta relación. Sobre estas relaciones existen en el pasado algunas referencias.

Aparentemente los temas de Arte Rupestre se olvidan y disuelven en la época de la colonia, sin que se tenga evidencia de su ejecución ni de su lugar dentro de las costumbres de las comunidades indígenas ni de referencias de los escribanos. Esporádicamente aparece un comentario sobre los elementos extraños, no advertidos por los cronistas. El padre José Domingo Duquesne (1785) como cura de Gachancipá (Cundinamarca) recibe de un campesino una piedra (aparentemente una matriz de orfebrería) que “se deja leer”, es decir que tiene signos que “representan” números y etapas para la siembra y cosecha. Desde ese tiempo ha existido la idea que se trata de un “Calendario Chibcha”, con el cual se orienta esta comunidad[18].

La temática de la arqueo-astronomía y etno-astronomía en lo que corresponde a los pueblos del altiplano parece arrancar con esta referencia. Al señalarse la posibilidad de una “lectura de los signos” que esta piedra contenía, se están sin duda alguna enunciando algunas posibilidades sobre el sentido del Arte Rupestre bajo el supuesto que ambas representaciones pertenecen a una misma etnia y poseen no muy marcadas diferencias en el tiempo. Se  estaría estableciendo el primer nexo entre arte mobiliar y Arte Rupestre. Esta roca puede pertenecer a una modalidad llamada actualmente “arte mobiliar con tradición rupestre”[19]. Humbolt, Zerda, y Paravey se enteraron de este reporte de Duquesne y divulgaron la idea aquí ya reseñada, pero su interpretación los condujo a creer en una escritura de los pueblos del altiplano.

Queda para el futuro la pregunta si la orfebrería, la cerámica y algunos instrumentos de piedra (volantes de uso e instrumentos para fabricación de objetos) poseen o no alguna relación con alguna etapa de la historia de las estaciones rupestres.

Otras Referencias:

Sólo hasta finales del siglo XIX (1892) cuando los habitantes de la república se interesan en hacer la historia y la geografía del territorio ahora nacional, vuelve a despertarse el tema. Pero esta vez, de una manera desafortunada en lo relativo al Arte Rupestre. Vicente Restrepo y Ernesto Restrepo, con un estrecho modo para relacionar los problemas de la cultura, sin un aparato crítico suficiente, ven en el arte y en los símbolos de la pintura y grabado (Sin hacer trabajo de documentación mínimo) simples formas infantiles, trazos caprichosos de pueblos que no merecen ser estudiados.

[…] “En lo relativo al Arte Rupestre cierran por muchos años esta investigación y sin tener un espacio documental suficiente, dan por terminado el estudio y aconsejan a los sabio que no se devanen los sesos, ni pierdan el tiempo en buscar sus significación. Sin tener un conjunto suficiente de elementos de juicio, ni la cantidad de documentos pictográficos, se cancela la necesidad de seguir trabajando sobre este tipo de manifestación”[20].

La propuesta de la familia Restrepo duró 30 años. Pero 1922 es una de las fechas históricas en el estudio del Arte Rupestre. !Por fin un Investigador¡: Miguel Triana. La primera sorpresa es que Triana sabe hablar de nuevas cosas. Como ingeniero de vías, como agrimensor, que construía las carreteras del país, tuvo la feliz oportunidad de asistir a diversos sitios, de contactar a los dueños de las fincas, de establecer correspondencia con alcaldes, de incitar a algunos personajes para que ayudaran a buscar las rocas pintadas y grabadas. Con Miguel Triana se inician los problemas de trabajo de campo y las nuevas vías para el estudio e interpretación de los elementos formales presentes en las rocas y sus posibles relaciones con mitos y ritos. También con este autor se observan las primeras representaciones, que permiten pensar que se trata en cada estación rupestre de centros de límites y etnias, de lugares de contienda, de relaciones más complejas que buscan unificar los elementos conocidos con los murales que sorprenden por su tamaño, cantidad y calidad diversa.

Determinados por Triana como jeroglíficos (El Jeroglífico Chibcha)[21], fueron leídos por él a su manera, como documentos pertenecientes a la Cultura Muisca. Con una gran imaginación se conmovió con cada trazo, con cada grupo pictórico, dando una versión no muy científica pero si entregado hacia el futuro el espacio necesario, para la búsqueda de su valor histórico. Quien haya leído a Triana, adquiere automáticamente cierta curiosidad.

Reseña 59 rocas en 14 municipios y expone su trabajo en diversos medios académicos nacionales e internacionales. La divulgación de los trabajos de Triana llegan al Congreso de Americanistas de Lima (Perú) en 1922. Desde ese tiempo la comunidad científica, se ha enterado de la existencia del Arte Rupestre en sus dos modalidades más conocidas: pictografías y petroglifos. En Colombia se debe esperar hasta 1970 cuando el Banco Popular publica el texto (de planchas) con una introducción que por la tesis allí expuestas, será dentro de la investigación el eje central para el trabajo de las investigaciones posteriores.

Los trabajos de Uribe, Borda Y Müller (1939)[22] de Pérez de Barradas (1941)[23], Jorge Isaacs[24], de Wenceslao Cabrera Ortiz[25], de Antonio Núñez Jiménez[26] giran alrededor de las preocupaciones de Triana. No simplemente este autor pionero ha dejado la preocupación sobre el tema, sino que ha creado el objeto con un sin número de interrogantes que aún ahora sin resolver, siguen girando en las investigaciones. Sus preguntas e inquietudes  se vuelven los problemas de la investigación hacia el presente. Es así como Uribe, Borda y Karl Müller, trabajan en la organización de los “signos” con  los cuales las formas llamadas esquemáticas y abstractas. Lo paradójico es que finalmente no existen figuras naturalistas tal y como se entienden éstas en las cuevas europeas. En el altiplano Cundiboyacense se observan figuras siempre simplificadas, que no parecen advertir ninguna analogía con objetos de la  naturaleza inmediata. Son sin duda elaboraciones formas, que sintetizan desarrollos no conocidos todavía. El que un investigador nombre caprichosamente algunos “dibujos” como ranas estilizadas, debe ser entendido como el modo en que por el espíritu de la época la investigación recurre a términos finalmente equívocos para organizar los materiales encontrados, pero en ningún caso la explicación del sentido de los mismos.

En general los trabajos posteriores, sólo en casos excepcionales, han registrado las rocas y sus respectivas pinturas. La mayoría de los investigadores se han preocupado por denunciar los sitios, con referencias no siempre claras, pero aún así aumentando las listas que Triana había organizado en los veinte primeros años del siglo. Las listas de Ghisletti hasta ahora no  han podido ser confirmadas en su totalidad. Este autor denuncia para el altiplano Cundiboyacense 67 zonas sumando las pictografías y los petroglifos de Cundinamarca y Boyacá[27].

Al no existir un hábito en la discusión sobre esta temática, los investigadores que conforman la historia de este objeto, se han dedicado a hacer lo posible por imaginar el sentido de estas formas culturales. Algunos intentan conectar las estaciones rupestres con las posibles migraciones hacia el altiplano, camino que produciría una explicación sobre la difusión de las formas, su desarrollo y la historia de la simplificación de las trazos. Otros se dedican a buscar los criterios para documentar sistemáticamente los trazos y particularidades de petroglifos y pictografías: situar las estaciones rupestres, hacer cuadriculas, dibujar las rocas y las pinturas, buscar las  relaciones que pueden existir con el espacio general de la zona etc. En relación a este último aspecto gira el trabajo del investigador W: Cabrera Ortiz.

Últimos Años de Investigación:

Es apenas normal que muchos investigadores no hayan sobrevivido ante la desidia en que se encuentra este objeto de estudio. En el VIII Simposiumm Internacional Americano de Arte Rupestre (Santo Domingo República Dominicana 1987)[28] se reseñaban los trabajos hasta esta fecha. Allí se muestra, entre otros problemas, el modo como los investigadores han abandonado su trabajo aún sin publicar, obligados por el desinterés expreso de instituciones y personas encargadas de la difusión de la historia y cultura nacional.

Aún con estos inconvenientes se pueden reseñar como investigadores estables a las siguientes personas:

Anielka Goelemour de Rendón y el maestro Guillermo Rendón, Oswaldo Granada, Fernando Urbina y el Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena (GIPRI). No sobra advertir que se citan expresamente los investigadores que han trabajado con cierto hábito, es decir que han dedicado más de 5 años continuos y han documentado más de un sector donde existe petroglifos o pictografías.

En una dedicación menor, han trabajado en arte rupestre las siguientes personas: Vargas y Lleras (Chonto 1976) en la zona de Facatativá, José Virgilio Becerra (Turmequé-Boyacá 1980), Enrique Bautista (San Agustín-Huila, Santander, Guayabero, -Caquetá).

Discusiones y Perspectivas

1-  Un primer aspecto imposible de dejar de lado es aquel que concierne al abandono en que se encuentra el estudio y conservación de este fenómeno cultural e histórico:

a-     Aunque existen diversas referencias desde la época de la conquista, no han sido todavía posible persuadir a la comunidad ni a las instituciones estatales y privadas, sobre el valor que posee este objeto como fuente de conocimiento para la historia y la cultura.

b-    Mientras los centros de “decisión” discuten sobre si es importante dedicar su esfuerzo a la cultura o a las necesidades inmediatas, la realidad es que algunas zonas rupestres han sido dramáticamente destruidas[29]. El abandono  en que se encuentra el Parque Arqueológico de Facatativá (piedras de Tunja), es sólo un ejemplo y una muestra clara del descuido en que se encuentran las  zonas supuestamente protegidas por el estado (CAR-ICAN). Es importante advertir que se han pasado proyectos para realizar su estudio y conservación y hasta la fecha no se han recibido noticias sobre el trabajo en la zona.

La laguna de la Herrera donde existían zonas arqueológicas rupestres, las areneras del sector de Mosquera, las rocas pintadas de Bojacá, las zonas de Suacha (valle de Fusunga-el vínculo, Terreros) las pinturas de Bosa, han desaparecido ante la mirada cínica de las instituciones supuestamente encargadas de este patrimonio. (Todas estas zonas están en Cundinamarca).

2- Las teorías sobre las cuales ha girado el estudio de Arte Rupestre más bien corresponden a las construcciones no siempre conscientes de los investigadores que a un trabajo de campo que siendo sistemático, recoja las particularidades de cada una de las zonas y poco a poco construya con diversas fuentes el sentido de tales manifestaciones y sus posibles conexiones con otras fuentes. Este proceso inconsciente ha desprestigiado y detenido por años el trabajo de salvamento y estudio del Arte Rupestre

Sobre esta temática particular, se han venido trabajando, para encontrar el espíritu de cada época y las limitaciones de su trabajo (Ponencia VII Congreso Internacional Americano, Santo Domingo República Dominicana 1985).

A lo anterior se agrega el desprestigio conseguido por años de algunos trabajos que con la honradez y la mentalidad intelectual de una época produjeron las más fantásticas explicaciones sobre el origen, función y sentido de estas piedras gradabas y pintadas. Sitios de tesoros, lugares de sacrificios macabros, mapas de caminos hacia la riqueza, son entre otras, las interpretaciones que sin crear vínculos reales con la cultura y sin un aparato crítico suficiente, desprestigiaron la investigación sistemática y rigurosa sobre el Arte Rupestre y sobre la cultura de los pueblos pintores.

3- Las dificultades para poder diferenciar entre la charlatanería y el desarrollo de la ciencia para explicar los procesos de construcción del lenguaje producido por los pueblos pintores, hace particularmente difícil persuadir a un medio social acostumbrado a la arqueología ficción ó a las decantadas formas de entender en forma rígida y esquemática la Historia de Colombia, donde ya no caben nuevos conocimientos ni nuevas fuentes de investigación.

4- La perspectiva en la que se ha venido trabajando en Arqueología y en general en Antropología, no han abierto el camino para el estudio de las conexiones culturales de los pueblos habitantes y sus procesos. Acostumbrados a hablar de zonas arqueológicas, de instrumentos asociados, se ha perdido el camino hacia la explicación de fenómenos que parece, no caben dentro de los sistemas ya acopiados de trabajo. No se sabe si el Arte Rupestre debe ser tratado como un tema del Arte simplemente, como un objeto extraño, o como una manifestación caprichosa que no se ha podido conectar con lo poco que se sabe de las zonas arqueológicas estudiadas.

5- Por último, siempre se cae en la tentación de vincular estas manifestaciones con los recientes hallazgos y por sobre todo con las culturas encontradas por los Españoles a su llegada (Muiscas). Es posible que hasta este tiempo se hayan proyectado las actividades pictóricas, pero es aún más probable, que este tipo de actividad cultural sea más antiguo y recoja grupos diversos para tiempos y etapas distintas.

6- Todo lo anterior obliga a realizar un trabajo intelectual crítico que además de reconstruir las diversas teorías, sea capaz de conectar la historia singular de esta investigación con la mentalidad de cada uno de los trabajos producidos. Conocer los límites y capacidades de cada uno de los trabajos, apreciar sus fuentes y puntos de vista, significa hacia el futuro tener un  trabajo riguroso de investigación. No es suficiente con desterrar los prejuicios, es necesario conocerlos, en lo posible, todos.

Pero, lo que por ahora más importa, es recuperar las zonas y esto significa documentarlas sistemáticamente: producir un registro de tal naturaleza que hacia el futuro permita tener una imagen en lo posible completa de las particularidades del Arte Rupestre; refinar, sofisticar y agilizar los sistemas de documentación, es sin duda a este nivel la prioridad uno.

Alrededor de esta temática del registro, se abren cada día nuevas formas de documentación y estudio. La realización de mapas que permitan situar en coordenadas geográficas las estaciones rupestres, el uso de fichas técnicas que recojan el mayor número de datos sobre las rocas y los murales, parecer ser por ahora la tendencia. Aunque todavía no existen acuerdos, se viene impulsando el trabajo de coordinación de criterios en los investigadores nacionales, y mejorando las relaciones con los trabajos de otros países del área[30]. Se espera que ésta actividad de coherencia al trabajo futuro.

Los problemas aumentan cuando en el proceso de investigación es necesario recurrir a las ciencias básicas. Es necesario que la física, la biología, la química, colaboren en el registro de las particularidades de las rocas y sus murales para poder hacia el futuro organizar una política de conservación y restauración de las estaciones rupestres[31]. Las diferencias en la elaboración de petroglifos y pictografías requieren especializar grupos que puedan registrar sus particularidades. La fotografía, el dibujo, el sistema frottage, el uso de otros formatos de trascripción, la cartografía, componen en sus distintos desarrollos la capacidad que permitirá determinar grados de descripción y fuentes primarias indispensables para investigaciones posteriores. La creación y organización de bases de datos, de sistemas expertos, que permitan agilizar la información y diseminar a la comunidad científica los resultados parece ser el trabajo de los próximos 20 años.

7- El grupo de Investigación de la Pintura Rupestre indígena (GIPRI) ha llamado el general a estas manifestaciones: cultura de los Pueblos Pintores: pretende esta formulación abrir un espacio dentro de la historia cultural para hacer de este fenómeno una nueva fuente de conocimiento sobre las sociedades y grupos que habitaron el altiplano y no un simple fragmento desgajado de otras fuentes. Acopiar documentos de la Arqueología, relacionar los hallazgos de las excavaciones, cotejar los desarrollos teóricos y los nuevos fondos de archivo nacional y regional, relacionar las posibles fuentes que han sobrevivido en la memoria cultural de campesinos y obreros, son entre otros los trabajos interdisciplinarios que pretenden rodear este objeto investigativo. El estudio de las historias populares, la memoria oral, los residuos de la estética tradicional, los sistemas de representación de campesinos, componen en cuadro complejo, pero necesario para seguir discutiendo sobre el sentido y lugar en que se encuentran estas manifestaciones rupestres.

De manera paralela al trabajo de documentación y estudio de estaciones rupestres, tanto para petroglifos como para pictografías, se ha venido desarrollando un conjunto que permitan por lo menos rodear esta manifestación con las posibles conexiones en otros órdenes. Es importante observar que todavía en algunas zonas se continúan produciendo algunas estructuras formales que se pueden observar en las fachadas de las casas, que entre otros, parecen crear algunas vías para llenar de contenido esta manifestación que por si sola parece podría tener un comentario formal.

I.  zonas

Las consideraciones anteriores permiten ver el modo como han sido vistos los petroglifos y las pictografías. Todavía cargadas de componente “mágico-religioso” de connotaciones antiguas de las culturas que produjeron como lugares sagrados como las lagunas, los cerros, los valles. No pueden todavía en nuestro medio ser incorporados como objetos de investigación.

En lo posible el campesino intenta su presencia, aconseja cuidado con era roca, que asusta en ciertos días y ha ciertas horas. La desacralización de ciertas zonas ha permitido en algunas veredas y municipios poder llegar hasta algunas rocas, pero aún allí, en estas siguen existiendo prohibiciones. Esto es aún más acentuado en las zonas donde las comunidades indígenas actuales poseen sus centros de conocimiento y respeto de tradición milenaria: Allí se sintetiza su cultura, lo sagrado mismo. Las comunidades Kogui y Arhuacos ni permiten la visita de los lugares (donde existen petroglifos) sagrados pues estos son sólo posible para los iniciados en sus reglas culturales.

Lo importante es que el Arte Rupestre como otras manifestaciones de la cultura y del patrimonio histórico nacional poseen todavía las condiciones de lo sagrado. Por lo tanto esta es la más importante dificultad para poder hacer de este tema un objeto de investigación. Desde el estudio de la cultura esta es su más importante virtud.

En 1922 se creía que la más alta concentración de Arte Rupestre estaba en el altiplano. Esta imagen incompleta se debe simplemente al trabajo del investigador Miguel Triana que documentó en esta zona. En 1941 José Pérez de Barradas amplia la lista utilizando fundamentalmente, viajeros e informes ocasionales que aparecen reportados en  informes más amplios permiten a este autor dividir el país en 8 zonas[32]:

1-    Sierra Nevada de Santa Martha y bajo Magdalena.

2-    Zona de grabados de la región de tierra caliente de Cundinamarca.

3-    Altiplanicie de Boyacá y Cundinamarca. Especialmente pinturas, por lo cual se incluye en esta zona la peña pintada de Pandi.

4-    Parte baja del departamento del Huila hasta Timaná.

5-    Valle del Cauca (en sentido geográfico) y Tierra Dentro.

6-    Región arqueológica de San Agustín (desde Timaná hasta el Páramo del letrero).

7-    Departamento de Nariño.

8-    Vertientes orientales de la cordillera de los Andes y rocas con grabado de las cuencas del Orinoco y del Amazonas.

Al discriminar en cada uno de los capítulos las rocas localizadas en cada zona, se amplia sin duda el marco restringido que se tenía con la investigación de los años 20. alrededor de este avance se pueden hacer algunos comentarios críticos:

1-    No sólo sabemos ahora que existen otros lugares, sino que las informaciones de Pérez de Barradas son incompletas, imprecisas y en algunos casos equívocas.

2-    El autor aclara que el no visitó la mayoría de estas, lo explica el conjunto amplio de inconsistencias halladas cuando se confronta con el trabajo de campo. Una de ellas es que no es posible saber con precisión el sitio de las rocas ni el número de las misma. Al no hacer una cartografía, ni un levantamiento riguroso el resultado es una información ambigua.

Los datos que este autor trae para el altiplano aumentan muy poco. De aquí en adelante parecería que ya se han conocido todas las zonas y esta parcialidad del trabajo se sigue repitiendo incluso hasta 1970[33]. El informe de la tercera zona (altiplano Cundiboyacense) que sin duda es el más grande, al ser estudiado finalmente no agrega casi nada al trabajo ya hecho por Triana. Parecería en un primer momento aumentar el número de sitios, realmente es la reseña (incluso con errores de las planchas que había organizado Triana en 1922). Tampoco aquí es fácil saber el número de rocas que existen en este sector. El uso de un plural indetermina la cantidad precisa de rocas: piedras de Tunja, pinturas del valle del Corito, expresan un desconocimiento real de los sitios, lo que sin duda tener un reporte puntual de los lugares.

Si se quiere hacer una reseña exhaustiva sobre el conjunto de zonas denunciadas no se pude dejar sin citar a Louis Ghisletti. En su trabajo de los Muiscas. En este trabajo aparece la lista más extensa sobre zonas de arte rupestre en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. No se tiene claro de qué manera este autor accedió a tan numeroso grupo de municipios, veredas y nombres de rocas. Lo desagradable es que simplemente la lista. No hay trabajo de campo, no hay registro, no se sabe que poseen cada una de la zonas, no existen ni siquiera fotos de registro inicial.

Petroglifos y Pictografías:

Ya se advertía que la investigación de Triana origino buena parte de los temas que se han venido usando como lugares comunes. Uno de estos hace referencia a la distinción entre petroglifos y pictografías como formas pictóricas producto de dos estructuras culturales distintas. Triana determina a los petroglifos como productos de pueblos que se encuentran en las cotas inferiores a 2000 metros sobre el nivel del mar. A cambio las pictografías son según se teoría productos de pueblos Muiscas que sobre la zona frías (2600) del altiplano dejaron antes de la conquista las “piedras” pintas como límites de grupos, como lugar de conflictos.

Los nuevos hallazgos en Sibaté (Cundinamarca-1975), Tibaná (Boyacá-1980), Tibacuy (Cundinamarca-1985), Guasca (Cundinamarca-1985), Bojacá (Cundinamarca-1985), muestran entre otras zonas, que existen petroglifos y pictografías en diversos sitios y niveles climáticos y ya no es fácil repetir que unos se encuentran en un lugar determinado. Incluso algunos de estos trabajos muestran como los petroglifos fueron aparentemente rellenados por pintura. Las distinciones ahora no son claras. Se requiere realizar un trabajo más riguroso que no solamente situé las zonas, describa sus particularidades, sino que pueda estudiar también sus recurrencias formales y temáticas y los posibles procesos de diseminación de estructuras.

Sobre este tipo de actividad reconstructiva ha venido trabajando entre otros grupos el equipo de investigación GIPRI[34]. Nuevas técnicas, fichas de trabajo y hoja de vida de cada una de las rocas, localización exacta en cartas geográficas, trascripción de detalles, fotografía, son entre otras las formas de trabajo que se han venido apropiando con los años para el estudio de las estaciones rupestres.

Altiplano Cundiboyacense. (GIPRI)

En los comienzos del trabajo, aproximadamente en 1972, el grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena se interesó en confirmar la presencia de las pinturas que aparecían en el álbum de Triana publicado bajo el nombre del Jeroglífico Chibcha. La investigación comenzó en Soacha y Bosa y Sibaté donde su pudo constatar el numeroso conjunto de rocas con pinturas (veredas de Fusunga, Vínculo, Terreros, polvorines de Pantoja, canoas Tupía).

Al ir notando la desproporcionada diferencia entre las rocas encontradas en el trabajo de campo y las escasas y mal trascritas pictografías del álbum aludido, se fue configurando la curiosidad de estudiar por qué se había abandonado este objeto, siendo el territorio nacional particularmente rico en esta temática. Sin duda basado en las preocupaciones de Triana, se fue construyendo y rearmando una nueva imagen de estudio, de investigación, pero por sobre todo de registro, de documentación sistemática de las rocas, los grupos pictóricos y los detalles formales de cada uno de los murales tanto en las pictografía como en los petroglifos.

¿Qué tipo de cultura esta detrás de esta manifestaciones, qué sentido tienen dentro de la historia de la cultura, del lenguaje este tipo de representaciones? Si son estructuras culturales muy primitivas las que produjeron estos “dibujos” porqué no existen formas que se parezcan a los objetos de la naturaleza, sino que son representaciones “abstractas”, síntesis, que seleccionan con los trazos una realidad no descifrable desde nuestra percepción. Porqué se conservan las pictografías y porqué son respetadas en casi todos los casos por campesinos y aldeanos? Qué relación existe entre el trabajo arqueológico del altiplano y las numerosas zonas rupestres de esta misma zona? Por qué los investigadores de la historia y la cultura colombiana no se detienen a pensar en estos movimientos artísticos culturales. Porqué no existe este tema dentro de la formación académica para que se garantice la investigación y estudio de esta temática?

Estas y otras preguntas que se derivan de las primeras que se hacia Triana, fueron organizando lentamente la responsable actividad de recuperación y estudio del Arte Rupestre. Fue dentro del proceso de formación necesario estudiar el modo como cada investigador expresaba su forma de pensar lo que para el significaba el Arte Rupestre. La reconstrucción de este proceso mostró el conjunto de dificultades intelectuales que debe afrontar un grupo de investigación para no repetir los esfuerzos ya cumplidos por sus antecesor.

En resumen, no se han cumplido únicamente actividades prácticas de localización, pues ha sido necesario un estudio teórico que permita abrir nuevas perspectivas de investigación que aquí se esbozan.

En los cuatro últimos años el grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena (GIPRI) ha ampliado el número de zonas utilizando un sistema elemental: preguntando en las universidades a los estudiantes, para que estos a su vez puedan conversar con sus parientes sobre sitios donde en el pasado o en sus fincas actuales, conozcan rocas con pinturas y grabados. Cada semestre la lista de zonas denunciadas aumenta en número no inferior a 5. así por ejemplo el semestre I-90 los estudiantes de la Universidad Incca de Colombia encontraron pinturas y grabados desconocidos en La Calera (Cund) y Une (Cund), Pasca (Cund), Cota (Cund), Subachoqué (Cund), Cachipay (Cund) y Une (Cund). Pero no simplemente se aumenta la lista en nuevos sectores, es decir en otras veredas y municipios, pues también se ha ampliado el número de Rocas en las estaciones rupestres ya conocidas. Se pueden citar los siguientes lugares donde el número de rocas Pintadas y grabadas se amplía: Sutatausa (Cund), Chía (Cund), Tenjo (Cund), Ubaté (Cund), Suesca (Cund), Bojacá (Cund), guasca (Cund).

En el presente, se viene trabajando rigurosamente en la configuración de una base de datos, que termine siendo un sistema experto para el manejo de la información sobre las particularidades de las zonas, las rocas, los grupos pictóricos y sus singulares trazos. La digitalización de imágenes, la organización de ciertas tipologías (estructura cabeza triangular) el cruce de información diversa, permiten encontrar distintas constantes y recurrencias temáticas que hacia el futuro puedan dar una imagen que represente la posibilidad de periodización etapas, o por lo menos pueda diferenciar algunos sectores.

La realización de estos documentos descriptivos con otras fuentes culturales ya enunciadas podrán dar algunos resultados explicativos sobre la mentalidad de los pueblos pintores del sector estudiado. Con el cruce de diversas fuentes y archivos de información se pretende hacia el futuro organizar un gran archivo de zonas rupestres que pueda servir para la protección, divulgación y estudio de este patrimonio histórico de la humanidad

A.     conjeturas y refutaciones

1- En Colombia se cree que simplemente existen las piedras de Tunja y algunos sitios esporádicos con pequeños e insignificantes trazos.

1a- Es importante llamar la atención sobre el número no inferior a 150 zonas en sólo los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. Con las pocas exploraciones en Huila y Tolima se han encontrado un número significativo de centros de Arte Rupestre prehispánico. Basta con citar un petroglifo que posee impresionantes formas por su tamaño, que casi podría llamarse un Geoglifo.

2- Igual que en el siglo XIX existen todavía ciertos grupos incluso académicos que piensan que nada se puede estudiar en el Arte Rupestre, puesto que afuera de la colección curiosa de dibujos es casi imposible poder desentramar su sentido.

2a- Las conjeturas del siglo XIX y aquellas derivadas hasta el presente por distintas vías, han hecho pensar que no sólo existe una absoluta dificultad para estudiar el arte colombiano precolombino, sino además este no requiere de un trabajo y se puede seguir especulando con los trabajos existentes.

El grupo de investigación pretende derivar de diversos campos de trabajo las posibles vías para el estudio de estas manifestaciones pictóricas. Piensa que si estudia la cultura nacional (archivos, crónicas, reportes de viajes) y son posibles algunas pistas para derivar algunos elementos explicativos.

3- El curioso aislamiento en que se encuentran las fuentes documentales, su atomización progresiva de las disciplinas, influye sin duda en el aislamiento de la investigación de la cultura y deriva en la dificultad de establecer las conexiones con el Arte Rupestre, lo que lo haría aparecer como un fragmento caprichoso.

Al abrir las perspectivas sobre las posibles relaciones de la cultura y sus manifestaciones por ejemplo en objetos y utensilios permite terminar el simple trabajo descriptivo para derivar en una investigación reflexiva que compromete la capacidad y formación del investigador y su disciplina y conciencia para ir explicando por fases las posibles relaciones y coherencia de una forma cultural particular

4- Sin dudad el estudio de las tradiciones orales, de la memoria popular de la estética conservada en los campesinos puede ser problemático. Si se  quiere conectar esta dinámica social con los eventos culturales relativos a culturas llamadas arqueológicas se han de advertir procedimientos no casuales, ni simple analogías, aunque este sea al camino inicial necesario.

Pero el saber popular, su estética, es una fuente de conocimiento que no debe ser abandonada. El Arte Rupestre tal y como aquí se expone pretende establecer los caminos para relacionar los petroglifos y pictografías con otras fuentes y documentos, dentro de los cuales se encuentran las tradiciones existentes en la comunidad. Sobre esta temática esta trabajando un equipo del Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena, con uno de sus subgrupos.

Propuestas

 

1-       La creación de la sociedad de investigación de Arte Rupestre que recoja las actividades y los trabajos de los investigadores nacionales y extranjeros interesados en esta temática.

2-       La organización y coordinación nacional e internacional de criterios unificados sobre levantamiento, trascripción y manejo de las estaciones rupestres.

3-       Organización de un primer inventario general de las zonas con los nuevos criterios y las nuevas técnicas de trabajo producidas por la experiencia de trabajo de 20 años de investigación continua.

4-       Iniciar los trabajos pertinentes a la conservación de zonas rupestres, escogiendo algunos sectores sobre los cuales se sabe existe mayor peligro.

5-       La creación de una revista de circulación Internacional donde se pueda informar sobre el desarrollo de la investigación en las zonas demarcadas de estudio y se anuncie las etapas de trabajo y los adelantos.

6-       Producir el trabajo coordinado entre centros de investigación de Arte Rupestre Internacionales y garantizar el apoyo de instituciones y personas que puedan colaborar en tales estudios (icomos –ifrao –camuno –aura -getty, entre otros).

7-       Incorporar al estudio los nuevos desarrollos de Inteligencia artificial y sistemas expertos.

8-       La solicitud de una sede para la sociedad de investigación de Arte Rupestre en el Parque Arqueológico de Facatativá con el propósito de centralizar allí la labor de investigadores y descubrimientos de otras zonas.

  1. A.    organización de grupos de investigación

Se solicita a la comunidad Internacional se organicen los tramites necesarios para poder tener diversos grupos estables de trabajo y realizar el registro de zonas (petroglifos-pictografías) como los estudios necesarios para darle carácter riguroso a la investigación de Arte Rupestre, ampliando así el marco restringido de zonas en las que se ha venido adquiriendo experiencias. Los departamentos de Nariño, Caldas, Antioquia, Huila y  Tolima entro otros podrían ser estudiados para la primera fase (5 años)

  1. B.    creación de la sociedad colombiana de investigación de arte rupestre

El grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena presenta la propuesta de creación de la Sociedad Colombiana de investigación de Arte Rupestre con el propósito de canalizar y organizar los trabajos aislados de investigadores nacionales y extranjeros. El apoyo oficial y privado nacional e internacional será indispensable para que esta iniciativa no se quede en simples intenciones.

  1. C.   criterios de registro, protección y control de deterioro

Ya existen las vías Internacionales para el estudio y protección de las zonas rupestres. El siarse, aura, camuno, getty, ifrao, icomos, entre otros, institutos especializados en conservación y estudió colaboran en la protección de las zonas rupestres de Colombia. Se están creando las conexiones para realizar este trabajo como un trabajo internacional. La actividad de GIPRI hasta el momento, se ha dedicado al registro y estudio de las estaciones rupestre. Sólo se han hecho algunas pruebas de muestras de zonas con alto deterioro y riesgo. Se ha trabajado en un sistema categorial propio para el estudio de las diferentes formas de deterioro. Se ha venido organizando las vías para iniciar el trabajo de conservación de estaciones rupestres.

  

bibliografía citada

 

  • Velandía Roberto, “Historia geopolítica de Cundinamarca” 1971 Lotería de Cundinamarca.
  • Barradas José Pérez de, “Los Muiscas antes de la conquista”. Instituto Bernandino de Sahagún, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid 1951.
  • Jaramillo Uribe Jaime, “Tres etapas de la historia intelectual de Colombia”. Separata de la revista de la Dirección de Divulgación Cultural –Universidad Nacional No.1 oct-dic 1968.
  • Simón Fray pedro, Noticias historiales, T. II Pág. 235.
  • GIPRI 1985 “Bachué –Mito y arte rupestre” 45 Congreso Internacional de Americanistas, Bogotá Colombia, Universidad de los Andes, 1985.
  • GIPRI 1985 “Historia de la investigación del Arte Rupestre en Colombia, Altiplano Cundiboyacense” 45 Congreso Internacional de Americanistas, VI Simposium Internacional Americano Bogotá 1985.
  • Triana Miguel, El Jeroglífico Chibcha. Biblioteca del Banco Popular, 1970.
  • Krapf Müller Gabriel, “Jeroglífico Milenarios y jeroglíficos modernos” Popayán año 27 número 175. 1939 Pág. 48-50
  • Isaacs Jorge. “Las tribus Indígenas del Magdalena” sol y luna 1967. Bogotá
  • Cabrera Ortiz W. “Monumentos rupestres de Colombia” cuaderno 1 –Conjunto de Cundinamarca. Revista Colombiana de Antropología. Vol. XIV Bogotá 1966-69 Imp. Nacional Pág. 79-167.
  • Núñez Jiménez Antonio. “Facatativá Santuario de la rana”. Andes Orientales de Colombia. La Habana Lex 1959. U. Central de las Villas.

 

 


* Miguel Triana, José Pérez de Barradas, e incluso Antonio Núñez Jiménez, trabajaron en algunas zonas del territorio nacional, pero fundamentalmente, se dedicaron al estudio del altiplano Cundiboyacense. Hasta esta fecha (1950) no se había constituido en el país más que una imagen estrecha de los procesos de poblamiento del territorio. Estos autores vinculaban con cierta comodidad las obras rupestres a los pueblos inmediatamente hallados en el territorio: los Muiscas. Los nuevos desarrollos, han relativizado esta paternidad. Las investigaciones de 1960 hasta nuestros días, han abierto el panorama frente a las etapas y ritmos del poblamiento, a los flujos y reflujos que desde el paleó-indio (cazadores-recolectores) han podido realizarse en los distintos territorios, según los cambios climáticos y el posible aumento de la población en el período formativo. Estas investigaciones amplían el espacio temporal hacía atrás. Pero también existen nuevos elementos. Los hallazgos de 1975 en Facatativa realizados por el Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena GIPRI, muestran que la acción de pintar sobre rocas siguió efectuándose en la época de la colonia. Lo sorprendente es que estos documentos en piedra pertenecen a la cultura occidental: son oraciones y letreros en latín o en castellano. Incluso poseen una fecha muy reciente. Las anteriores consideraciones abren al estudio del Arte Rupestre por lo menos en el altiplano a períodos muy amplios desde el formativo hasta la época de la colonia, sin que se tenga una evidencia sobre este proceso, la cual muestre en forma clara el modo como se desarrollo esta dinámica particular.

** “A partir de 1930 los caminos reales y de herradura fueron remplazándose por las carreteras. Si observamos el mapa del departamento de Cundinamarca y comparamos la ruta de las actuales carreteras con la que aquellos caminos, encontramos que su orientación o destino sigue el curso de estos” “Historia Geopolítica de Cundinamarca” Roberto Velandía 1971 Lotería de Cundinamarca. En realidad el país comienza su desarrollo en los primeros años del siglo. Los centros rupestres conservados hasta esta fecha han venido siendo objeto de destrucciones diversas en los últimos 20 años, sobre todo para las zonas que se encuentran en los límites de las ciudades. Para el caso de Bogotá, la situación es más severa; Usaquén, la Calera, Suacha, Bosa, Sibaté, Chía, se encuentran en proceso de destrucción.

[1] “Las pinturas rupestres de la zona muisca son citadas varias veces por los cronistas. El P. Simón (II, 283), menciona que estos indios ponían cruces sobre las sepulturas de aquellos que habían muerto por picaduras de serpiente, y añade

“Hallase también esta misma figura de la cruz bien hecha y formada con un almagre tan fuerte, que la antigüedad ni las aguas lo han podido borrar, en algunas peñas altas, que las hallaron hechas cuando entraron los españoles, de que yo he visto algunas cerca del pueblo de Bosa y Suacha. El P. Zamora (I. 237, 317) copia lo mismo y Vargas Machuca (275) indica como preámbulo de la historia de Bochica que como a dos leguas o menos de la ciudad de Vélez “esta un rió y en él está una peña que hace frente, tajada, llana y lisa, y en ella, esculpida y labrada, una cruz y yo la he visto; y queriendo el dicho general (Jiménez de Quesada) saber este secreto de ella, maravillándose mucho de hallarla le fue hecha relación por indios muy viejos, que de ella más que  otros tenían noticia de sus padres antepasados, que de mano en mano debía venir de más de mil quinientos años conforme a la cuenta que daban por lunas, como si dijésemos meses.

Ver: página 325 “los Muiscas antes de la conquistas” José Pérez de Barradas, Instituto Bernardino de Sahagún, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid 1951. Es posible decir que las referencias a las zonas de Arte Rupestre realizadas por los cronistas y escribanos españoles de la época de la Conquistas y Colonia son mínimas.

[2] El ensayo del profesor Jaime Jaramillo Uribe, es fundamental para iniciar la caracterización de la historia intelectual de Colombia. La propuesta de este trabajo es situar en las coordenadas históricas universales el comportamiento y la mentalidad de los pueblos que conquistaron y colonizaron a América y ver de esta manera uno de los ingredientes de la cultura colombiana. Ver: Jaime Jaramillo Uribe: “tres etapas de la historia intelectual de colombia” separata de la revista de la Dirección de Divulgación Cultural-Universidad Nacional No. 1 Oct-Dic. 1968.

[3] Bochica, Bachué, Bague, Chiminigagua, Chiminzapagua, Fo, Chía, Componen entre otros, los dioses que fueron reseñados por los españoles. Es posible que existieran otros. Algunos de estos nombres se conservan en lugares (toponimia) y en apellidos de personas (antroponimia). El cerro de Bochica en la zona sur oriental de la sabana de Bogotá y la cueva de Mohan en la población de Chía, recuerdan que estos nombres existieron y se perpetuaron desde la llegada de los españoles en el siglos XVI, hasta nuestros días. Actualmente se espera recoger información adicional con la expedición; “la ruta de Bochica”. Con este trabajo previsto para 1990-1992 (GIPRI), se pretende dar nuevas vías a la investigación de la cultura material y espiritual de los Pueblos Pintores y establecer algunas relaciones polémicas sobre la relación y las diferencias entre los sistemas culturales de los habitantes de estas regiones (fundamentalmente Muiscas) y los pueblos conquistadores. bochica dios cristiano es el título de un trabajo que se esta elaborando como material de divulgación con el objetivo de mostrar que los  españoles se figuraron a este dios civilizador realmente como un personaje bíblico cristiano y católico. Este trabajo irónico, permite mostrar cómo se pudieron perpetuar, sin cambios sustantivos ciertas formas de conocimiento, que todavía se pueden recoger en charlas informales con los habitantes de la región del altiplano. Las tradiciones orales, dejan de ser formas caprichosas para convertirse en documentos importantes para el estudio de la nacionalidad e historia de los antiguos pobladores de por los menos la sabana de Bogotá y sus estribaciones y fuente primordial para el estudio del sentido de las estaciones rupestres.

[4] fray pedro simón, noticias historiales, t. ii Pág. 235.

[5]  “…; y así en ente valle de Bogotá comúnmente le llamaban Chimizapagua que quiere decir mensajero de Chiminigagua, que es aquel supremo Dios a quien conocían por principio de la luz y de las demás cosas, porque gagua en su lengua es lo mismo que el sol por la luz que tiene, y así a los españoles entendiendo que era sus hijos, a los principios que entraron, no supieron darles otro más acomodado nombre que el del mismo (sic) nombre sol, llamándolos Gagua”. Simón P. T II página 235-238. Simón

Esta coincidencia llenaba a los españoles de sospechas, incluso explica porqué se detuvieron en este mito y lo reseñaron. Dentro de la tradición cristiana Jesús es enviado de Dios y también la representación solar es su atributo.

[6] Los mitos que explican las labores hortícolas deben ser más antiguos. Sin embargo al desanegar las aguas de la Sabana de Bogotá, se estaban dando algunas pautas sobre el riego, lo que significa un conocimiento más  especializado del manejo de la tierra y sus productos.

[7] El aspecto por el cual Bochica es por sobre todo reconocido es por haber usado un instrumento para desaguar la Sabana de Bogotá y permitir con su acción el uso del territorio para rehacer los cultivos y propiedades. Según la leyenda con una varita de oro rompió la peña.

[8] Es en este tema que se piensa pueden existir posibles trabajos futuros. No es suficiente con relacionar estos dos términos: Arte Rupestre e iconografía cristiana. Es necesario hacer coherente este argumento al encontrar las proyecciones de estos signos en las estructuras por ejemplo de fachadas de casas en los sectores populares o en otros elementos.

[9] El mito de Bochica describe un camino y en cada lugar las acciones de este personaje civilizador, incluso de un acontecimiento que no ha podido ser entendido suficientemente !venía montado en un especie de camélido que murió en la población de Bosa (Cund)!. Allí en la laguna de Bacasió se tiene entendido se construyo un templo a la memoria de Bochica, donde se conservaban los huesos del animal. En la zona cercana (terrenos) existen algunas rocas que por su temática podrían estar contando la historia de este personaje civilizador o por lo menos algunas de las enseñanzas (GIPRI 1978). Esta especulación resulta provechosa para seguir trabajando en la búsqueda de evidencias.

[10]          “Enseñoles a hacer cruces y a usar de ellas en la Pintura de las mantas con que cubrían y por ventura declarándoles sus misterios y los de la encarnación y muerte de cristo, les traería alguna vez las palabras que el mismo dijo a Nicodemus, tratando de la correspondencia que tuvo la cruz con la serpiente de metal que levantó Moisés en el desierto, con cuya vista sanaban los mordidos de las serpientes, de donde pudo ser la costumbre que hemos dicho tenían de poner las cruces sobre los sepulcros de los que morían picados de serpientes…”. simón P T II página 235-238.

Es característico entonces que el sistema de percepción, y es apenas natural, del conquistador ajustara todos los elementos a sus propios conocimientos y diera una versión según su cultura de aquello que observaba en las culturas recién conquistadas. Lo que importa resaltar es que siempre se tuvo la sospecha y estas son las evidencias, que algún santo había visitado a los habitantes de América y había dado un primer aporte a la evangelización, que había sido olvidado en sus parte fundamentales, aquellas que los españoles deberían volver a dar.

“La cual tradición ni apruebo ni repruebo, solo refiero como la he hallado admitida por cosa común entre los hombre graves y doctos de este reino”. Simón P. T II página 235-238.

Lo anterior confirma el sentido compartido que tenían sobre la fecha la historia y la importancia de la leyenda de Bochica entre los “doctos” de este Reino.

[11] No es este un término que se usa aquí de modo retórico. Es el término que una el cronista Fray Pedro Simón para referirse a las formas ejemplares que vivió Bochica su camino y sus obras. Milagro porque caminó sobre las aguas (D. Asencio), milagro porque destruyó a sus enemigos con sus propias flechas (D. Asencio), milagro porque enseño a los infieles toda su sabiduría (tejer mantas, pintar en Rocas).

[12]          “Desde Bosa fue al pueblo de Hontibón (Sic) al de Bogotá Serrezuela y Cipacón, le dio la vuelta a la parte del norte por las faldas de la sierra, yéndose abriendo los caminos allí y en todo los demás que anduvo por montañas y arcabucos fue al pueblo de Cota, donde gastó algunos días predicando con gran concurso de gente de todos los pueblos comarcanos”. P. Simón p. 235-238.

Se supone que también estuvo en territorio Guane donde según el cronista le conocieron bien. Allí también pintó en las rocas unos cálices. Realmente pueden ser signos que en forma de triángulos encontrados por los vértices que aparentemente representa figuras humanas (hijos de…) Ver: ponencia bachué “mito y arte rupestre”. (GIPRI) 45 Congreso Internacional de Americanistas. Bogotá Colombia, Universidad de los Andes, 1985.

[13] En las rocas de Tenjo (población de Cundinamarca) se pueden observar algunos trazos que aparentemente estas mostrando como deben producirse los entramados de los tejidos. Existe un fragmento que muestra en detalle la urdimbre, es decir la forma que debe tener el mezclado de los hilos. En 1980 en el proyecto Sutatausa-GIPRI, fue localizada una roca que presenta una estructura formal curiosa. Aparentemente muestra el modo como en un telar deben organizarse los hilos, dando indicaciones del modo como se realiza el derecho y  revés del tejido. Aparecen además otros elementos ni definibles ni siquiera por sentido común. Si realmente se trata de una roca donde estas enseñanzas se presentan la investigación esta cerca de encontrar por lo menos, uno de los niveles  en la pictografía del conjunto amplio que puede contener su historia.

[14] Ahora en 2011 es posible decir que existe un conjunto de por los menos 35 rocas en las inmediaciones del actual casco urbano, tanto en las partes del valle al occidente de la población como en las cercanías del cementerio (piedra del Diablo, los Tejidos) y en la cercanías del oriente en la actual vereda de Santa Bárbara

[15] Se sigue aquí defendiendo la tesis que invita a pensar las semejanzas entra las estructuras formales que contenía la tradición de Bochica y las formas que traían los españoles para enseñar la religión cristiana. La tesis pretende mostrar que al existir esta relación formal, pudieron sobrevivir los temas y representaciones, los dibujos de Bochica al lado de los iconos españoles cristianos o en un sincretismo que todavía no ha sido.

 

[16] Al asimilarse algunas de las representaciones cristianas con los modos formales de representar a Bochica en primer lugar se suavizaron las tensiones y conflictos entre los conquistadores y conquistados y en segundo lugar se pudo proyectar su contendido cultural en las vivencias de los campesinos de la colonia e incluso hasta el presente. Esta fusión pensada en esta forma permito la perpetuación de las enseñanzas de Bochica y la prolongación hasta la actualidad de un cristianismo sui géneris en el territorio nacional. Basta con averiguar incluso superficialmente como al lado de las enseñanzas de la iglesia católica se encuentran diversas historias que sin incomodarse, no pertenecen a épocas distintas que a las anteriores a la llegada de los españoles: el arco iris que pica, la leyenda del Mohan, sembrar agua, el cuidado de los niños frente al mal de ojo, la curación de los mezquinos, la preparación de comidas como el Fute, Taque, revelan entre otros la resistencia que han tenido estas formas culturales, o más bien la  no contradicción entre estas y las estructuras traídas por los españoles.

[17] La formulación de Eloy Linares Málaga sobre las cuatro modalidades corresponde a la influencia aquí advertida. En la organización de sus trabajos podría citarse en primer lugar la importancia de haber determinado cuatro modalidades del arte rupestre (1973), que son los parámetros con los cuales se trabaja en el Perú y con este criterio, en algunas áreas de investigación en América. Fue Eloy Linares Málaga con otros colegas investigadores, quien impulsó los Simposios internacionales de Arte Rupestre con los cuales el tema de la investigación de los sistemas de representación precolombinos adquirió un nuevo nivel al introducir en los congresos de arqueología suramericanos y en la organización de reuniones independientes, que impulsaban el desarrollo de la investigación en este objeto particular del estudio, los lenguajes y los sistemas simbólicos y sus transformaciones.(Anotaciones sobre las cuatro modalidades de arte rupestre en Arequipa (pictografías, Petroglifos, Arte rupestre mobiliar y Geoglifos). Anales Científicos de la Universidad del Centro del Perú. 2:133-267. Huancayo 1973.

[18] Las investigaciones tradicionales exageraron de una manera singular las posibles vías para la lectura de ciertos datos encontrados en distintos instrumentos y utensilios. La piedra de Duquesne pertenece a esta tradición. Se suponía que allí se encontraban los números acompañados de explicaciones sobre la siembra y cosecha. Esto inmediatamente llevó a la idea que estos pueblos tenían escritura, pensaban al modo tradicional como se estudiaba en el siglo XVII y XVIII. Al tratar de hacer coincidir los criterios de “la escritura” con los escasos elementos encontrados se notaba la superficialidad de la suposición.

[19] Arte Mobiliar con tradición rupestre nombra un conjunto de objetos que parece guardan relación cultural con las formas que fueron realizadas en los murales y que luego pudieron ser elaboradas en pequeños utensilios e instrumentos. La categorización se deriva del trabajo realizado por Eloy Linares Málaga (Perú) al encontrar los nexos entre las manifestaciones rupestre del sur (zona Toro Muerto) y las losas y vasos ceremoniales que contenían análogas representaciones formales.

[20] GIPRI-1985. “Historia de la Investigación del Arte Rupestre en Colombia, Altiplano Cundiboyacense. 45 Congreso Internacional de Americanistas, VI Simposiumm Internacional Americano. Bogotá 1985.

[21] Triana Miguel “El Jeroglífico Chibcha”. Biblioteca del Banco Popular. marzo de 1970.

[22] Krapf Müller Gabriel. “Jeroglíficos Milenarios y Jeroglíficos Modernos”, Popayán año 27 número 175. 1939. página 48-50.

[23] Pérez de Barradas, José. “Los Muiscas antes de la Conquista” Instituto Bernardino de Sahagún, Madrid 1951.

[24] Isaacs Jorge. “Las Tribus Indígenas del Magdalena, sol y luna” 1967 Bogotá.

[25] Cabrera Ortiz Wenceslao. “Monumentos Rupestre de Colombia” Cuaderno 1- Conjuntos de Cundinamarca. Revista Colombina de Antropología Vol. XIV Bogotá 1966-69 Imprenta Nacional página 79-167.

[26] Núñez Jiménez, Antonio. “Facatativa Santuario de la Rana” Andes orientales de Colombia. La Habana Lex 1959 U. Central de la Villas.

[27] Una información más completa sobre la historia de esta investigación en Colombia se encuentra en la ponencia: “Historia de la Investigación del Arte Rupestre en Colombia, (GIPRI)(Cundinamarca, Boyacá, Col)   45 Congreso Internacional de Americanistas, VII Simposiumm Internacional Americano. Bogotá julio de 1985

[28] La ponencia enviada a Santo Domingo (República Dominicana) cumplió dentro del trabajo de investigación un objetivo: hacer una discusión sobre los prejuicios, presupuestos que las investigaciones y reportes contienen en el pasado. Ver publicación: VII Simposiumm de Arte Rupestre Americano Santo Domingo República Dominicana- GIPRI 1987.

[29] No sólo existen las referencias de comienzos de siglo donde los curas de los pueblos armaban “convites para destruir las zonas rupestres sino que este problema ha aumentado con el interés por el enriquecimiento ocasional. Multitud de zonas han sido desarmadas literalmente por guaqueros en la búsqueda en el interior de las rocas de tesoros”. La imaginación popular cree que dentro de ellas se encuentran esmeraldas y oro.

El caso más grotesco tiene que ver con los sectores cercanos al casco urbano de las ahora grandes poblaciones. En relación a la Sabana de Bogotá se han venido destruyendo los sectores de Suacha, Bosa, Sibaté, la laguna de la Herrera donde GIPRI de tiempo atrás ha reseñado un buen número de rocas fundamentalmente con pintura.

[30] En los últimos 10 años el Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena ha establecido algunos contactos con instituciones y personas que se dedican especialmente al estudio del Arte Rupestre. Los investigadores de Brasil, de Argentina de Uruguay, de Perú, de Ecuador, de Venezuela, de Chile han enviado algunos materiales sobre sistemas de documentación y análisis de petroglifos, arte mobiliar y pictografías. SIARB.

[31] La solicitud que esta ponencia contiene es que los diversos grupos nacionales e internacionales organicen equipos de investigación para el salvamento y estudio de las zonas rupestres. Esto ya no significa simplemente tener una idea del conjunto amplio de zonas, sino que es necesario tener una política de conservación frente a la cual se diseñen estrategias de divulgación para el cuidado que debe dar la comunidad y las instituciones privadas y estatales. La parte técnica indispensable para el estudio y cuidado de las zonas es producto del desarrollo de las políticas aludidas.

[32] 1-  Sierra Nevada de Santa Martha y bajo Magdalena: Tamalameque, Peñón de Caro, la marcada.

2-  Zona de grabados de la región de tierra caliente de Cundinamarca: Piedra del Darien, al Ambucal, Piedras de Tena, Piedras de los olivos, Piedras de la ruidosa, Piedra de la hacienda de Sevilla, el sepulcro, el poleo, el colegio, Piedras de la hacienda de las granjas, Piedras de California, Piedra de la Argentina, Piedras de Vergara, Piedras de Chinauta y Anacuta.

3-  Altiplanicie de Boyacá y Cundinamarca: Especialmente pinturas, por lo cual se incluye en esta zona la peña pintada de Pandi.

Las columnas del Infiernito, la Piedra de Chiticuy, la Piedra de Gameza, el nicho del Bujio, la piedra del Infierno, las Rocas del río Teatinos, la Piedra de Barreiro, las Piedras de Firavitova, las Piedras del Colegio, la piedra gorda, la piedra del Balcón, las rocas del río Ramiriquí, la piedra del diablo, las rocas de Casa Blanca, las piedras del abra, la piedra de la hacienda de Chincha, la piedra de San Benito, la piedra del Vínculo, la piedra de los Alambiques, la piedra de la Iglesia, la piedra de los destierros o de las cruces, las piedras de Chunubá, la piedra pintada de la hacienda Galindita, la piedra de la Leona, la piedra del Rodeo, la piedra del alto, la piedra El Carrasco, las piedras de la hacienda Tequendama, la piedra de la Núñez, la piedra de la Chueca, las pinturas del valle de Corito,  las piedras de la cañada de la Cahguya, las piedras de Fute, la piedra pintada de Pandi.

4-  Parte baja del departamento del Huila hasta Timaná: Piedra de Aipe, pinturas de Santa Rosalía de Palermo.

5- Valle del Cauca (en sentido geográfico) y Tierra Dentro:  Antioquia, Macho Negro, roca del Indio, el Castillo, Montealegre, el Paraíso, Cerro de las cruces, hacienda de los limones, El salado o Querenal, Agua sucia, Calima, Tierra Dentro, Pitayo, Morales.

6-  Región arqueológica de San Agustín (desde Timaná hasta el Páramo del letrero): Piedra de Timaná, Piedras con grabados de Mesita A, Piedras con grabados de la mesita B.

7-  Departamento de Nariño: Piedra de Sapuyes, piedras de las caras, piedra de los Machines, piedras de la cueva de P. Villota, alto de las ventanillas, piedras con grabados del río Culanquisan, Quebrada la Peligrosa, piedra de Juanoy, piedras con grabados de San Bernardo, piedra con grabados de Negrohuaico.

8–Vertientes orientales de la cordillera de los Andes y rocas con grabado de las cuencas del Orinoco y del Amazonas: Corocal, grabados del caserío río Blanco, la pedrera.

[33] Desde hace algunos años se tiene la idea que no existen más zonas rupestre que aquellas que aparecen en publicaciones. Con el interés de confirmar y observar los sitios donde estas rocas se encuentran el grupo de investigación de la pintura rupestre indígena comenzó en 1972 su trabajo. Se intentaba simplemente ver si todavía estaban allí y en qué estado se encontraban. La investigación comenzó en dos a la vez, las primeras expediciones a Suacha, Bosa y Sibaté (Cund) mostraron que las publicaciones no tenían ni el 1% de lo existente en el lugar. En un pequeño sector de la zona de Suacha y Bosa Triana había reseñado 2 rocas únicamente. GIPRI ha  localizado 58 en esta pequeña área, quedan todavía algunos sectores de Quiba lata, Vereda Chacua, Canoas sin revisar; hasta aquí únicamente lo que  corresponde a Suacha y Bosa. Para el sector de Sibaté la situación es aún más desproporcionada.

El segundo sitio que se exploró fue las rocas pintadas de Ramiriquí (Boyacá). Lo importantes de resaltar es que Triana parece no hacer asistido al lugar. Se trata de una trascripción de alguien que le llevó esta información. Los dibujos sin incompletos y se cruzan temas de una roca con otra. En general se pude decir que la información es: 1- incompleta . 2- Errónea. 3- Ambigua .

Con la idea de que esto ya estaba investigado los autores posteriores copiaron , pusieron la misma roca en dos versiones como si fueran distintos sitios…. Todo esto demuestra la necesidad de un trabajo ahora sistemático y riguroso.

[34] En el 45 congreso Internacional de Americanistas El Grupo de Investigación de la Pintura Rupestre Indígena presentó la ponencia GIPRI y la Investigación de la Pintura Rupestre Indígena. Allí se describían los diversos procedimientos con los cuales se ha venido trabajando en la documentación y registro de rocas y grupos pictóricos, estudio fotográfico, localización geográfica componen las áreas más importantes para esta tapa del trabajo de GIPRI. La ficha de cuaderno, la trascripción del dibujante, el contraste entre la fotografía y el dibujo en ciertas y particulares pictografías, componen el cuadro de “sistemas de trabajo que se vienen desarrollando desde 1875”.

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